FRAGMENTOS DESGRABADOS DEL TALLER
Hice una convocatoria pública para aquellos que quisieran mandar fotos, que las enviaran. La convocatoria era mandar doce fotos sobre un sólo tema o sobre varios, y que asociaran con la frase “Ni objetivos ni neutrales”. Era una decisión absolutamente personal. A mucha gente le costó decidirse y tardó un tiempo en enviarlas. Incluso muchos me hicieron preguntas, yo no respondí ninguna. Parece que cuando te dan una libertad total es como estar al borde del abismo. Esa es la primera conclusión que saqué, que no estamos acostumbrados a manejarnos con ninguna libertad. Les puedo hablar de algunas proporciones estadísticas: la mayoría se siente mucho más representada en su opinión cuando es un reportaje extenso, mientras que la minoría se siente más representada en las noticias de todos los días. Y hay un grupo especial que es el de los mas viejos, que fue muy particular porque la gente de mi edad o más, mandaron fotos de hace veinte años. Evidentemente, ellos se sienten más representados con lo que hacían cuando eran jóvenes o porque en esa etapa del país encontraron algo muy especial.
Lo de los reportajes no es casual porque en general en donde empieza a definirse la opinión es cuando se decide qué se hace, qué tema expongo. En general los reportajes, a pesar dentro de la estructura de un medio, hay mucho de propuesta individual. En algunos lugares pueden conseguir ese espacio que se les de, y es evidente que se sienten más representados así que por ambigüedades siempre presentes en una sola foto de noticias. De todas maneras, el poder de la imagen se juega más que nada en las fotos de noticias. No por nada los play de las agencias de noticias son siempre de las fotos publicadas impresas en papel, y sobretodo en las portadas, donde es mucho más difícil entrar con la opinión del fotógrafo, que con la del patrón.
Esto de la objetividad ya no se lo cree nadie, ni siquiera los que la proclaman y la piden. En general, cuando un editor de un diario o una revista te dice “me parece que tu foto no fue objetiva” es simplemente porque no respeta la visión del diario, que no quiere decir que no sea objetiva, pero es la opinión del patrón. Yo lo que les pido ahora es que proyectemos las fotos que envió cada uno, y luego de la proyección de cada autor debatimos un poco. En la fotografía es muy importante la parte de la reflexión sobre las imágenes. Yo el otro día me puse a seleccionar doce fotos mías, y nunca lo había hecho en veinte años de carrera. Me fue muy difícil. Si quieren tomar nota me parece muy bueno, y si me las quieren enviar también porque va a ser un aporte muy grande cuando yo escriba sobre el taller.
Se está produciendo un fenómeno bastante interesante que son las alternativas que encuentra uno para expresarse cuando uno está muy coartado todos los días en el trabajo, y a lo largo de los años descubre que en realidad no se expresa un carajo haciendo fotos para un medio. Hace años que ya viene con la Polaroid, el teléfono, etc. Pero ahora se está masificando con el IPhone, porque parece que uno se compra un IPhone y se enamora perdidamente. Entonces hay mucha gente haciendo fotos durante los reportajes para sí mismos. Daría la impresión que cuando desaparece el periodismo, aparece otra cosa que ustedes ya le pondrán nombre.
…a muchos nos pasa esa dicotomía de la foto objetiva que quizá publicamos en los medios, y después terminar produciendo eso también que está buenísimo (En referencia al trabajo proyectado realizado con un iphone). Es medio esquizofrénico vivir con esa…como una duplicidad de personalidad sería…
Participante: “Hay veces que pasa de ir a cumplir con la nota o el pedido, y justo te encontrás con algo que te da gusto hacer y no sabés si volver una vez terminada la nota, o hacerlo en ese momento. Sin querer estás con esa presión de no saber si hacerlo o no en ese momento, y eso es una forma de “autocoartarse”.
JS: Hacelo en ese momento porque después no sabés si vas a volver. Hay hasta algunas oportunidades donde hay una intersección, entre que el medio no tiene otro remedio que publicar lo más cercano a lo que vos ves, y tiene la necesidad de la foto que a vos te gusta. Son pocos, y mirá que yo llevo treinta años trabajando y fueron muy pocas las oportunidades. Si las aprovechás te das cuenta que existen, y si las desaprovechás no te queda otra que no hablar. En general los diarios se la pasan mintiendo, pero para que la gente les crea las mentiras más importantes que están en las secciones de política, economía, etc., tiene que haber muchas verdades también, y para eso nos usan a nosotros. Nosotros hacemos más creíbles a los medios, cumplimos una función que no nos gustaría tener que cumplir. Pero es así, porque si uno va a un medio de conjunto, está muy repartido el trabajo. Y esas son oportunidades que se deben aprovechar, sobretodo para los reportajes. Esos trabajos a lo largo son nuestros mayores orgullos, porque cuando una foto que te gusta mucho llega a la tapa de un diario, es algo maravilloso. Hay que estar muy despiertos porque siempre se pueden dar esas posibilidades.
Yo les envié dos fotocopias: una se llama “Moral y Fotografía” (de Sontag), y me gustaría que cuando tengan tiempo lo lean. A mi me hizo entrar muy en crisis este texto y me costó bastante recuperarme. Siempre pienso en la inestabilidad de la estética, hay veces que la estética alinda demasiado la foto, en situaciones demasiado terribles.
Con respecto a lo que se decia de la esquizofrenia, nosotros no somos ajenos al tipo de esquizofrenia que se da en la gente generalmente cuando mira las fotos de los diarios. Me parece que nosotros lo vivimos doblemente, no sólo porque vemos los diarios, sino porque a veces estamos en esas situaciones. Y esas situaciones no son gratuitas, sino que van mellando en tu psicología para que puedas vivir. Somos los que tenemos el callo más grande. Y por otro lado, la obligación de ser sensibles. Esas tensiones las sufrimos todos, y cuando más te metés, más te hacés pelota.
P: A mí lo que me pasa un poco es que perdí el entusiasmo de trabajar para los medios. Por ahí no estoy mintiendo yo, pero el trabajo que hice, al otro día va a ser parte de una mentira o una gran mentira. Sin embargo, la mayoría de mis trabajos de autor surgieron a partir del diario. Eso sí, para mi es una herramienta fundamental trabajar en un medio porque me da la oportunidad de conocer historias y buscar cosas para hacer.
JS: Me parece que eso se da en todo ámbito. Yo estoy haciendo casamientos ahora porque me viene muy bien el dinero y los hago de una manera particular que a la gente le gusta y los vendo. Y cada vez estoy haciendo más fotos para mí en los casamientos. Entonces me di cuenta que hasta en los trabajos más mercenarios que uno puede hacer, uno encuentra cosas para uno, si es capaz de ir viéndolas, haciéndolas, y guardándolas.
Pasamos a otro trabajo, este es el texto de….: “Cómo hacer fotoperiodismo sin caer en la fórmulas que a diario nos imponen los medios y también los principales certámenes como el Worldpress. Tendríamos que comenzar pensando cuáles son nuestros intereses sobre los temas que elegimos, y más profundamente pensar en por qué decidimos ser fotógrafos. En mi carrera de casi 20 años como fotoperiodista no he dejado nunca de sorprenderme, pues cada vez que me veo enfrentado a ver qué es lo que el ciudadano común y corriente selecciona, o destaca de entre las millones de imágenes con las que convive, casi siempre su elección es muy sencilla. ¿Pero qué es realmente lo que sucede entonces? En mi modesta opinión, lo anterior se refiere a lo equivocado que estamos en torno a los preceptos que nos mueven como fotógrafos. Nada más sabido que en nuestro día a día, la búsqueda por la imagen más impactante, la que contenga mayor información, la que tenga la mejor composición, o simplemente la que nos llene más como profesionales, es la que sentenciamos como la mejor. Lejos de eso, a la mayoría de la gente no le pasa nada con esas imágenes que con tanto esfuerzo hemos hecho. El padre del fotoperiodismo Eugene Smith decía que “pongo tanta pasión en mi trabajo fotográfico que, más allá del arte por el arte, prefiero saber que mis fotografías empujarán a alguien a la acción, a hacer algo para resolver algo”. Qué difícil es entonces hoy renunciar al ego que tenemos, y poner exactamente en la mira del lenguaje, en una línea tan sencilla que permita transmitir un mensaje sin quedar atados en los modelos insensibles que la gran industria del periodismo nos ha impuesto. El conjunto de imágenes que verán a continuación, es de alguna forma un intento para escapar de mis propios tormentos, de aquellos que por años han regido mi mirada y de alguna forma también han (Inaudible) mi opinión como ser humano. Como formato utilicé el teléfono celular, pues he encontrado la forma de reducir todo únicamente a la mirada”.
Tengo la sensación de que los medios se están empezando a avivar de esto. Porque hubo un premio muy importante, no se si el Worldpress u otro, a un trabajo con un celular de Afganistán creo. Dentro de poco va a ser una alternativa menos. Una anécdota muy buena que tengo es cuando tuve que ir a hacer un torneo Sub-20, que son campeonatos muy aburridos porque no conocés a ningún jugador (risas) en Ciudad del Este. Es una ciudad medio brava, porque se mueven millones de dólares por día en la calle, hay mucha gente armada sin uniforme policial…una situación medio fuerte. Entonces a la calle salía con el teléfono por miedo de que me roben la cámara y después no podía hacer el partido. Entonces la única diversión que encontré ahí fue pasear con el teléfono por Ciudad del Este. Entonces hice un colage como de 20 fotos. Un día hablando con un amigo él me dice que se las envíe al jefe a ver qué le parecían. Se las mandé, y me respondió “están buenísimas, mandame las grandes” (risas generalizadas). O sea, jamás entendió que las hice con el celular. Y yo le contesté “¿qué grandes? Son esas las imágenes”, a lo que me retrucó “ah no, entonces hacé un reportaje con la cámara”. Me callé y fui a intentar hacer lo mismo pero con la cámara, e incluso me tomé más días. ¿Y saben qué? Nunca me salió. Tuve otras cosas es cierto, pero la frescura que tenían las fotos que yo hice sin ningún interés por publicar, no lo tenían ni en pedo las de la cámara. Es impresionante la efectividad del experimento”.
Este trabajo se llama “De Frente”. Leo el texto porque me parece interesante (de Nicolas Pousthomis de SubCoop). “Ese día no sólo hice fotos. Tuve que correr, pelear, levantar gente herida, armar barricadas, y sin embargo, tengo las mejores imágenes que hice en mi vida. Es un conjunto de fotos tomadas con una cámara vieja, por la que entraba luz, y que trababa los rollos en medio de las tomas. Una Nikon EM, que la conseguí por cincuenta pesos, fue la cámara que me enseñó a trabajar y ese día, sin darme cuenta, fue mi primero como reportero gráfico. A partir de ahí, empecé a ganar plata con las fotos que hacía en las calles y en las marchas. Vislumbré entonces que podría en algún momento dejar de hacer cumpleaños de quince y otras tranzas, que para colmo me salían muy mal, para vivir de la fotografía de prensa. Esas fotos, del 19 y 20 curiosamente, me cerraban aún las puertas por las que quería pasar. Y se me abrieron puertas que jamás me imaginaba. Las puertas que se cerraron fueron las de las redacciones de los diarios y agencias de noticias, que enseguida me catalogaron como fotógrafo piquetero. Por ende, sin estatuto del fotógrafo profesional. Después de un tiempo de forzarme para entrar, decidí quedarme del lado en el que sí había disfrutado de mis fotos, y no estaba tan seguro de querer formar parte del rubro en el que algunos sólo sacan fotos por dinero. Había conocido un espacio donde la fotografía tenía significado y servía para algo. Alguna gente necesitaba de verdad las imágenes y no podían pagar por ellas. Pero eso no me hacía menos fotógrafo. Me banqué no ser nadie para la gente de mi entorno cercano, familiares y otros fotógrafos que creen que tienen la chapa de Clarín. Me quedé en el mundo que me había adoptado, y su criterio era el que me importaba a la hora de juzgar mi propia fotografía. (Inaudible), incipiente y combativa, era una red que permitía hacer algo en grupo, y de paso ocuparse de uno mismo. Era la herramienta ideal para que los fotógrafos puedan publicar sus fotos sin intermediarios, armarse una página personal y, por qué no, juntarse con otros para armar algo colectivo. El 20 de diciembre nos había enseñado que lo que uno sueña se puede concretar. También nos había mostrado lo potente que era la acción colectiva al poder unir fuerzas. Me acuerdo que en medio de los saqueos renuncié a hacer la (Inaudible) de mis sueños sólo para preservar auténticas las razones de estar ahí. Vivía en aquel entonces a la vuelta del negocio Nikon y pasaba por delante todos los días. Vendía empanadas ahí cerca, y siempre miraba la vidriera para ver qué tenían de nuevo. Para diciembre de ese año, habían colocado en un trípode una de las primeras réflex digital, la D100 o la D1, no recuerdo. No me acuerdo, porque la verdad no tenía la más mínima esperanza de poder conseguir una. Tenía esa cámara vieja que me dieron alguna vez inventada para llevar a Vietnam. Simple y rústica, para que los soldados la puedan usar sin necesitar conocimiento sobre fotografía. El 20 de diciembre, ya después de anunciada la renuncia de De La Rúa, la calle Corrientes se transformó en un gran shopping a puertas abiertas, con las cortinas metálicas de los negocios cediendo una a una bajo el paso de los manifestantes. Había un espíritu de camaradería impresionante, comparable en un punto con los festejos de los mundiales de fútbol. Con la salvedad que éste lo habíamos ganado nosotros, y en la calle arriesgando la vida. En la euforia del momento me quedé frente al negocio Nikon esperando que le toque el turno (risas generalizadas). Vi cuando lo empezaron a abrir, y en mi hubo algo que se negó a ir en búsqueda de esa cámara que necesitaba, y que de alguna manera me merecía. Finalmente seguí mi camino con la gente que había cruzado ese día pero sin la cámara. Lo mismo pasó frente al Musimundo, cuando la gente se llevaba los discos, o en Frávega donde la gente directamente se lleva televisores y electrodomésticos. La verdad, sentía que estaban en todo su derecho. Pero sentí que uno había puesto el cuerpo para la revolución, que preferí quedarme sólo con esa sensación y así no tener que dudar de mis intenciones de quedarme ahí luchando. Revelé los rollos esa misma noche en mi departamento, y les mostraba a unos amigos los negativos recién salidos del laboratorio. Había grandes partes de los negativos arruinadas por las grietas de mi cámara, pero sentí que algunas imágenes estaban ahí. Testimonios de un hecho histórico. Desde las entrañas, con la calle latiendo en unas fotos que expresaban con sus imperfecciones todo lo fuerte que fue. Tal vez tomo mejores fotos ahora con una cámara en condiciones, y quizás también con el tiempo mejore mi técnica, pero seguro nunca sacaré fotos tan buenas, fotos con cantos de alegría, gusto a sangre y olor a goma quemada”.
Evidentemente siempre hay una fotografía militante. También los sindicatos de los trabajadores o de otros sectores sociales necesitan de la fotografía, y la usan con fines totalmente militantes. En general hay un prejuicio muy grande de la sociedad hacia la fotografía militante conciente y declarada. De hecho yo fui fotógrafo dos años de un partido político, del diario del MAS, y a mí durante dos años me negaron la entrada a ARGRA por ser fotógrafo del MAS. La Comisión Directiva no me daba la credencial porque decían que yo trabaja haciendo propaganda, y era verdad, pero yo me sentía reportero gráfico. Y a mi me dolió mucho no poder tener la credencial de ARGRA todo ese tiempo. Como que el trabajar en un medio normal, era más reportero gráfico que alguien que trabaja para la militancia en un periódico de barrio, un grupo piquetero, etc.”.
Seguimos con los reportajes. Son dos reportajes mucho más largos, como de quince o veinte fotos cada uno. ¿Llegan a leer o les leo yo? (texto de Alfredo Srur): “Creo en la fotografía como un motor para encontrar mi verdad, si existe. No creo estar de acuerdo con ninguna imagen en particular, sean buenas o malas fotos. La comprensión del autor es directamente proporcional a la información que se tenga de él mismo, y su trabajo. Uno intenta transmitir una mínima parte del pensamiento propio. Las fotografías aquí presentadas son de la última década, y pertenecen a distintos ensayos de largo aliento y que han dejado huellas en la propia vida. Curiosidad, obsesión y técnica fotográfica.”
¿Se los leo o ven bien? (texto de Gisela Volá de SubCoop):”Sabemos que la fotografía documental a veces refuerza el ejercicio del poder que se ejerce sobre los sujetos fotografiados. Y eso que un fotógrafo comprometido no sólo intenta fotografiar temas que le signifiquen agua para su molino, sino que intenta reflejarlo a partir de lo que hay que festejar, y criticar lo que sabemos. La hipótesis de no ser ni objetivo ni neutral, creo que coloca al fotógrafo en un lugar por fuera de los recursos y sabiendas de lo que una publicación demanda. Sino que a diferencia, hablamos de una opinión, de una ideología que sólo el fotógrafo sabe frente a los temas que siempre enfrenta. Varias anécdotas me relacionan afectivamente con la fotografía o una serie, pero muchos otros puedo darme cuenta que sólo forman parte de una búsqueda de reflexión, y acercamiento a tales historias. Ciertamente, bajo un punto de vista nunca neutral, siempre partícipe. En la cooperativa que participo hablábamos en sus inicios de que el ojo debe aprender a escuchar antes que a mirar. Y ese camino, supongo, fue la mejor carta de presentación para poder entrar en la vida del otro. No conozco otro camino, y es así como comunicadora, que me parece la forma más honesta de contar a los demás”.
Yo lo único que quería con este taller es que empiecen a pensar un poquito en este tipo de cosas, y si alguna vez les pasa algo que refleja esta condición en la que están, escríbanla por favor y háganmela llegar de alguna manera. Porque no hay otra forma de aprender más de esto que si es entre todos. Es como una suma de experiencia la que nos va dando conocimiento en este tipo de cosas para lo que es necesaria tanta cantidad de elementos para analizar cada situación en particular. Y todo eso si no se escribe, so long”.
*Fragmentos desgrabados del taller de Jorge Sáenz dictado el sábado 9 de abril de 2011 a la mañana en el marco del 1 Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos en Chapdmalal. El taller se estructuró especialmente a partir de fotografías proyectadas, por lo que decidimos editar parte de las discusiones que no eran comprensibles sin esa referencia. Desgrabación: Fabián Induti
Proximamente subiremos fragmentos de otro día del taller.
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1º Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos » Taller de Jorge Saenz — 18 Junio 2011 @ 14:29