DESGRABADO DE LA MESA DE DEBATE “Experiencias Alternativas de trabajo”

Experiencias alternativas de trabajo*

Sergio Goya: Esta mesa va a estar compuesta por Sandro Pereyra de “La Diaria” de Uruguay; los chicos de “SubCoop”, una cooperativa de fotógrafos; contamos también con Marcos Adandia y su experiencia en “Dulce Equis Negra”; además, Gonzalo Martínez y Pablo Piovano, que coordinaron un taller en la isla Maciel y generaron un proyecto - libro, que es “Ojos y voces de la isla”

Sandro Pereyra: Primero que nada, una felicidad enorme de compartir esta experiencia. Agradecer y ojala nosotros podamos invitarlos a ustedes en alguna propuesta como esta. Felicitarlos, realmente, por lo que han logrado.

(video panorama de “La Diaria”)

En La Diaria, los fotoperiodistas somos… bastante privilegiados. Fuimos seis o siete los que empezamos a pensar, por fines del 2003 principios del 2004, en un diario. Cuando quisieron pensar en la redacción, ya estaba el equipo de fotografía armado, entonces, corrimos con ventaja en la concepción de ese medio. Otra cosa importante es que La Diaria es el medio de sus trabajadores, somos un proyecto de propiedad colectiva. Es una sociedad anónima, creada por nosotros, la que lo edita, pero el paquete accionario principal, que maneja la empresa, pertenece a la cooperativa La Diaria, que es de sus trabajadores.

Nosotros iniciamos en 2004 y salimos en marzo de 2006. Acabamos de cumplir 5 años. Tuvimos ese tiempo para pensar, y tuvimos la libertad hacer el diario que queríamos hacer como fotoperiodistas. Hay algo que esta muy bueno, y es todo una responsabilidad, es el hecho de que la tapa del diario se construye en base a la foto; primero está la foto y después viene el titulo.

Les voy a leer algunos puntos principales, que nosotros discutimos, definimos…Uno de los puntos principales que definimos es el siguiente:

1) El fotógrafo de prensa, es un periodista. Entonces, tenemos que asumirnos como tales y a partir de ahí relacionarnos con la redacción.

2) No todas las noticias son traducibles en imágenes, lo sabemos todos. En un solo día no se puede ir a cubrir 8 conferencias de prensa, porque a nivel imagen es un embole

3) Menos es más. Somos un diario de 16 páginas. Esa máxima que se aplica en la fotografía “menos es más” tratamos de aplicarla. Mejor poco y bueno, en lo posible, que mucho y nada.

Otro detalle importante es que nosotros publicamos una foto por página y tenemos estipulada cual es el tamaño mínimo de esa foto. En la diaria no puede salir una foto a menos de tres columnas, de base. Otra cosa que hemos podido desarrollar es trabajar a dos velocidades: uno de nuestro compañeros no trabaja en la agenda diaria, sino que produce un foto reportaje por semana y coordina con la edición y sale publicado. Esto era también una negociación, en la parte interna de la diaria. En un diario de 16 paginas, los fotógrafos tienen todo esto, y aparte, una página entera por semana. Estuvo bien, pero por cuestiones económicas no lo pudimos sostener, por lo menos hasta hoy.

Otra cosa que incorporamos, que define y que está bueno como fotoperiodistas es que el pie de foto lo escribe el fotógrafo, lo escribe el editor de fotografía; no lo escribe un redactor. Me acuerdo que cuando estábamos discutiendo estas cosas, empezamos a ver los diarios nacionales y encontramos una nota sobre la partida del buque-escuela de la armada uruguaya y en la que había una niña mirando. El pie decía “recién te fuiste y ya te estoy extrañando”; nos pareció patético este y otros que se aplican muchas veces. Por ejemplo, si la foto de archivo dice “es de archivo”; así sea el peor enemigo dice “José Maria Sanguinetti, en la cámara de senadores. Foto Fulano de tal. Archivo y la fecha en que fue tomada la foto”.

Un detalle importante. En Uruguay existe una ley de derecho e autor que es bastante buena, pero pocos medios la respetan. Por ejemplo, en un diario hay un fotógrafo que se llama “Archivo El País”; o publican una foto de agencia, y como tienen por contrato a lo sumo le ponen bien chiquito “AP”, “AFP”. En La Diaria, siempre, toda fotografía va con el nombre del autor. Cuando son fotos que llegan de afuera y no nos proporciona el nombre (como sucede por ejemplo con presidencia Argentina o presidencia Uruguaya), nosotros ponemos “Presidencia Argentina, sin datos de autor”. Es como un pequeño acto militante para defender que exista el crédito.

Otra de las cosas que trabajamos es la cuestión del archivo. Desde el principio empezamos a trabajar con un archivero, como un parte mas del grupo y definimos toda forma de archivar que a la larga nos ha dado buenos resultados.

Definimos también cual era el rol del editor grafico. Participa de la reunión de editores. Nosotros tenemos una reunión de editores en la diaria, donde se definen los contenidos del día. Esto no sucedía mucho, salvo en “El Observador”, hablando de Uruguay, que tuvieran en la mesa de redacción al editor de fotografía. Eso no existía. Nosotros lo implementamos y no se cubre nada que no haya pasado por la decisión del editor gráfico. También, el editor grafico es el responsable de dejar las fotos prontas para publicar; o sea, en la mayoría de los diarios de allá, la foto iba a lo que antes era el scanner y alguien le hacia el retoque de fondos, alguien que manejaba el photoshop pero que no tenia ojo de fotógrafo. En La Diaria, la puesta en página de la foto, la hace el editor de fotografía

Creo que logramos todo esto, porque como decía antes, fuimos los primeros en empezar a pensar como iba a ser el diario, pero también lo logramos por el contenido político del proyecto. Es un diario de sus trabajadores, tanto de los que fotografiamos como de los que escriben. Todos tienen la libertad de trabajar los temas que quieran y como quieran. Hemos ido aprendiendo, a partir del trabajo cotidiano, el tema de la auto-gestión. Es muy lindo, pero después hay que hacerse cargo, hay que aprender a lidiar con las ventas, con la distribución, para ver de donde sale la guita para pagar los sueldos. Si bien nosotros somos cooperativa, no todos los trabajadores de La Diaria forman parte de esa cooperativa, entonces somos un colectivo de trabajadores y a la vez somos patrones de nuestros compañeros. Y hemos tenido que ir lidiando con eso y…esta buenísimo.

Aparte, junto a La Diaria existe el café La Diaria, un Centro cultural. No es propiedad nuestra, de los asociados, pero nosotros pusimos la marca. En ese café funciona una biblioteca, una mediática que se esta construyendo, y todo esto pensando en generar un comunidad La Diaria.

Otra cosa que me olvidaba de comentar es que la Diaria no se vende en kioscos del área metropolitana, es un diario por suscripción. Entonces los suscriptores pueden elegir si el diario les llega a las 7:30, a las 9. Esta idea va dirigida a seguir generando esta idea de comunidad, para que no se nos vayan los suscriptores y a la vez vengan más. En marzo del 2006, La Diaria tenía 1200 suscripciones. Al día de hoy, en una encuesta hecha por gente de acá, La Diaria es el segundo diario del Uruguay y estamos llegando a los 7700 lectores. A si que imagínense lo que vende el primero; debe estar llegando a 14 mil de lunes a viernes. En todo caso después me hacen preguntas. Gracias

Sergio Goya: Bueno, siguiendo con la línea de cooperativa, los chicos de “SubCoop”, Gisela Volá y Gerónimo Molina

(video panorama de “SubCoop”)

Gerónimo Molina: Queríamos agradecer la posibilidad de venir acá, para conocernos y encontrarnos con muchos colegas. Nos han movilizado mucho los talleres y nos parece súper groso el laburo que hicieron.

Voy a hablar sobre todo apoyándome en el video que muestra los inicios del grupo, mas o menos por el 2001, 2002, me imagino que todos saben como fueron esos momentos. Sub (SubCoop) surge de alguna manera con gente que venia de la Indymedia y se conforma como cooperativa legalmente en el 2004.

La idea es buscar alternativas, construir una plataforma, un territorio donde se pueda decir lo que uno piensa, trabajar del modo al que uno le gustaría trabajar, cuestionar de alguna manera los modos de producción y las relaciones laborales. Básicamente, esa es la idea por la que arranca Sub, construir esa alternativa. A partir de eso se va armando un universo, o un punto de vista colectivo de sub, que esta apoyado en los movimientos sociales de los que muchos hemos participado, en la luchas que han llevado adelante nuestros pueblos, los movimientos de desocupados, bueno… lo que genera reportaje.

Entendemos Sub como un proyecto de vida a largo plazo, y por ende se esta en permanente movimiento y contradicción; se lucha día a día para hacerlo sustentable.

Actualmente somos siete, seis fotógrafos y tenemos a Gabi que se encarga de la distribución y de las ventas, contacta con lo editores y nos ordena y reparte el laburo; también, muchas veces, nos da un viso de realidad cuando lo necesitamos. Tenemos un compañero que esta en Madrid y otro en Francia, pronto para venirse a la Argentina.

Tenemos una dinámica de buscar laburos colectivos, que de alguna manera esto nos fija, nos compromete y nos tira. Tratamos de hacerlo dos o tres laburos de largo aliento por año. Para esto podemos llamar a los compañeros que están afuera, si es que se junta el dinero necesario.

También cada uno tiene su desarrollo y sus laburos personales, que a veces implica viajar, o a veces implica no estar en el día a día del laburo que genera el mango. Entonces, el resto se hace cargo un poco de sostener la olla. El dinero que entra mensualmente se reparte de la misma forma entre todos, independientemente de lo que se haya trabajado. Eso genera un compromiso grande para con el colectivo; un compromiso fotográfico y un compromiso laboral. Un poco en esa dinámica es que surge, después de bastantes discusiones y de algún modo como conclusión, el hecho de que firmemos los trabajos colectivamente. Quizá haya trabajos que lo hizo una sola persona y lo firma el colectivo. Entendemos que es como consecuencia del modo de trabajar. Puede que uno este desarrollando muchos días un laburo y el resto se este ocupando de sostener la estructura de Sub, colaborando en la producción o de múltiples formas. Por eso creemos que hay un correlato en la manera de firmar. Y bueno, va limando los egos; impide que eso interfiera en el proyecto y esto va generando un sentido de unidad, le va dando fuerza al proyecto

Gisela Volá: Gracias otra vez, estamos re contentos de estar acá. Siempre nos cuesta reducir tanto que contar, tanto tiempo de gestación y experiencias, que bueno…. Esto es un colectivo y todos los colectivos son diferentes de acuerdo al país, de acuerdo a las necesidades. Nosotros tenemos en cuenta que nuestro colectivo nació, se gestó en una época donde a nosotros nos agarró un escenario atractivo de fotografiar. Entonces no fue una decisión muy difícil de tomar que era lo que había que fotografiar; estaba pasando delante de nuestra cara y era hacerse cargo un poco de eso. Después las inquietudes empezaron a ser un poco más grandes y hoy somos 7 y tratamos de coincidir en lo que pensamos para hacer cosas juntos.

Si bien nosotros nos sentíamos un poco solos en esta historia, por que éramos un colectivo, porque estábamos muy hacia dentro de nuestro grupo solucionando como sustentarnos, como vivir de esto y llevarlo adelante. Nos empezamos a relacionar primero con colegas de colectivos de otros países. En el 2005 se abrió la posibilidad de ir a Francia a un espacio de colectivos específicamente, donde nos invita un colectivo local y ahí conocemos a montón de gente. Empezamos a pensar que no estábamos tan solos, que colectivos existen y muchos son muy fuertes, con muchos años y sostienen su proyecto. Ahí se empezaron a compartir colaboraciones, intercambios, exposiciones, experiencia de trabajo y aprender como cada uno puede adaptar la estructura de colectivo en el país que le toca vivir. Por eso digo que somos todos diferentes, pero estamos hermanados por el hecho de trabajar de esta forma, generando nuestro propios medios.

En esta historia, bueno… nos permite viajar. Los colectivos mas fuertes en Latinoamérica que están conectados con esta red son de Brasil, de Perú, Costa Rica y Ecuador. Colectivos hay siempre y surgen a cada rato, pero estoy hablando de los que están establecidos mas seriamente, con mas tiempo y mas estabilidad. Hay muchos colectivos que empiezan y que caen rápidamente, porque hay una realidad nosotros una vez escuchamos a un escritor de los nuestro que es Washington Cucurto, que dijo “esto de ser cooperativa no es para todos, es muy difícil y se gana muy poco y hay que poner mucho” y realmente es así: a nosotros nos costo mucho conseguir 5-6 sueldos mensuales. Hoy lo logramos y estamos muy felices por eso. Mucho le debemos a otros colectivos del exterior que nos han presentado afuera, porque hoy nuestro mayor ingreso son de las publicaciones de afuera, es así.

Les cuento esto de los colectivos porque es un poco la dinámica y nosotros lo vivimos muy desde adentro. El año pasado nos juntamos en Madrid 20 colectivos de todo el mundo, donde quedaron afuera más del doble. Participamos durante 10 días, donde pudimos conocernos un poco más, con presentación y ponencias. Luego nos fuimos todos a fotografiar una ciudad cerca de Madrid, y terminamos con una galería llena de fotos contando la historia de esa ciudad. Experiencias así hemos tenido varias, porque nos enriquecen absolutamente. Además, entre los colectivos nos volvemos referentes, nos dan ideas, nos dan potencia, nos hacen creer en nuestro proyecto y nos hacen ver que no hay que bajar los brazos y que no tenemos que salir a buscar un trabajo fijo al primer mes que se bajan las ganancias.

Básicamente el ingreso es la prensa, pero también muchas veces nos ocurre que no sabemos cual es el destino del trabajo que hacemos; hay trabajos que no terminaron publicados, pero que formaron parte de una muestra o de otro proyecto que no fue precisamente la publicación.

Además, para contar otra pata de SUB, nosotros hace tres años empezamos a realizar proyecciones al aire libre, cada vez con una convocatoria mas grande, donde nos interesaba mostrar trabajos de otras personas, que normalmente eran colectivos o algún fotógrafo de otro colectivo que estaba viajando y que pasaba por Argentina y decíamos “veni, trae tu material y contanos como lo hiciste, para poder mostrar tu trabajo acá”. Recibimos mucha gente y a su vez ellos nos reciben en otras partes.

Sergio Goya: “Ojos y voces de la isla”. Gonzalo Martínez y Pablo Piovano

Pablo Piovano: Buen día. Nosotros estuvimos trabajando en un proyecto en la isla Maciel, con adolescentes y niños. Ellos son quienes hicieron las fotos ahí, nosotros de alguna manera fuimos facilitadores, capacitadores. La experiencia consistió básicamente en entregarles cámaras y que ellos puedan tener un espacio de expresión y de documento.

El proyecto nace de una necesidad real. Nos convocan ahí, porque estaban fusilando a los pibes; la comisaría 3ra de Dock Sud estaba fusilando pibes. Así fue como Cristian Alarcón empezó a investigar y convoco un grupo de fotógrafos, a través del pedido de las madres de los niños de que se genere un espacio de esparcimiento, de relación, de dialogo; ponernos a pensar que era lo que estaba pasando allí.

Nos tomamos un buen tiempo para realizar este trabajo. Lo llevamos adelante durante dos años, con adolescentes primero y después otros dos años con niños.

Fue una experiencia para mi, muy fuerte. Siento que ha cambiado para mi la relación con ellos y me ha sido de mucho alimento, seguramente mucho mas de lo que nosotros hemos dejado. Y mas allá de toda la fuerza documental que pudieron dejar durante estos cuatro años, todo este registro que la verdad, tiene mucha fuerza, un realismo muy crudo; lo mas importante para mi es la relación, el nexo, el puente entre los chicos y nosotros. Fue difícil también encontrar esa línea, donde la relación podía ser bien encauzada. Fue ponerse a pensar, cuales eran nuestros sueños y que es lo que realmente podías hacer ahí.

La isla Maciel, para el que no la conoce, es un barrio muy castigado por la violencia, queda ahí enfrente de la boca. Hay que cruzar un río negro que es un poco lo que vimos acá (en el video), “El riachuelo”. Un lugar marginado, castigado por la pobreza y la violencia. La mayoría de los chicos con los que hemos trabajado tienen algún familiar muerto por la policía o algún inconveniente con la ley

Cuando lo comenzamos, no sabíamos si iba a durar un mes, dos meses, pero las cosas se dieron como para que podamos ir, y ellos nos abrieron las puertas de una manera muy bella e intima. La foto tiene esa posibilidad, hacernos entrar rápidamente en la intimidad. De alguna manera ellos también entraron en la nuestra, por ejemplo Juancito, uno de los chicos que estaba ahí, estuvo haciendo una pasantía para fotógrafo en Pagina/12, estuvo viviendo un tiempo largo y estaría bueno que estuviera sentado aquí y sea el que esté hablando en realidad. Pero la verdad, lo que a mi me ha demostrado es que es un proyecto difícil de sostener y que lo que si se puede hacer, con lo que yo me quedo es con esas horas en que intercambiamos y que podíamos compartir nuestras experiencias; nosotros posiblemente les podíamos dejar algo y ellos a nosotros también

Un poco esto, de darles las cámaras a ellos, era la posibilidad de romper con la estigmatización que tienen estos espacios, estos lugares; era la posibilidad de poder contarse a si mismos. Hicimos una edición, estuvimos casi un año editándolo y en algún momento estuvo la propuesta de hacer una edición horizontal entre ellos, pero fue una locura. Pero se decidió editarlo para que cada participante del taller tenga una foto en el libro; no quisimos poner las fotos más impactantes, las mejores, sino que estemos todos ¿no?, ya que era un colectivo, una especie de militancia lo que estábamos haciendo ahí.

(video de fotos tomados por los participantes del taller)

Gonzalo Martínez: este proyecto tuvo como eje fundamental tratar de hacer algo, antes que nada. Las dificultades se presentaban desde que lo chicos estaban en una situación completamente angustiantes. Cada sábado que los recibíamos en el club “3 de febrero”, era el milagro de darle las maquinas y que el sábado siguiente llegaran con ellas. Ahí nos empezamos a dar cuenta cuan importante era el trabajo, cuando cada sábado llegaban los chicos con sus camaritas, nos devolvían sus rollos y empezaban a trazar ese documento que duro 4 años y era el registro de la intimidad de ellos mismo.

Hay un eje fundamental que llevamos a cabo en el trabajo y sobre todo en la edición, que era la no estigmatización de estos chicos, y de su vida y de su familia. Para estos chicos era bastante difícil sostenerse en el lugar donde vivían, entonces para que contar lo que todos sabemos (el paco), para que mostrar toda esa violencia, que seguramente con los años podremos revisarla, pero no era muy constructivo en ese momento (cuando editamos el libro) mostrar esa cara de la isla.

Todo ese archivo de cuatro años de trabajo va a pasar a estar en la fototeca de ARGRA donde el día de mañana podremos revisarlo, podremos reabrir esas fotos, que eran tan violentas y que cada día nos impactaban. Preferíamos que en libro (fue una edición de mil ejemplares) quedara mas la historia del sueño de estos chicos, quedara mas la intención, los paisajes, que quedaran las madres adolescentes y solo dejamos esa fotito que vieron de esa especie de instalación de la pistola con las diez balas, de las cuales estábamos repletos todos los sábados.

Yo quiero hacer un homenaje muy grande a Waltercito. Para nosotros es alguien muy importante. Todavía el día de hoy nos hace pensar que tenia sentido el haber ido y habernos bancado lo que ellos se bancan a diario. Nosotros íbamos una vez por semana y nos volvíamos, como ellos decían “ustedes vienen, pero después se van”. Waltercito tenia diez años y era una especie de niño mimado para nosotros. No sabia leer, no sabia escribir, ya fumaba, se drogaba y todas esas cosas que pasan a diario, pero era un fotógrafo de la puta madre. La familia, en su casa, tiene todas sus fotos colgadas. En la isla están los 500 libros que dejamos, de alguna manera me parece que ahí queda el documento. De alguna manera tratamos que estos chicos, en las dos o tres horas que nos tocaba estar con ellos, inventar juegos; no había otra manera que darle un formato lúdico. En los primero 20 minutos les pasábamos audiovisuales de algunos fotógrafos que tuvieran que ver fundamentalmente con la violencia, con la contaminación; se hacia muy difícil mantener la concentración de ellos. Lo importante era que ellos se volvían con una sonrisa, porque aunque sabíamos que no había una expectativa o una salida laboral, era una forma nueva de empezar a mirar su vida, de seguir registrando su entorno.

La idea es volver, la energía se va potenciando con los años, y siento que hay un compromiso que se siga sosteniendo con la escuela pública. Fue muy importante para mi no trabajar con punteros políticos, por una ideología marcada por un interés personal. Muchas veces, con Pablo, rechazamos trabajos de las petroleras que querían lavar su camino al cielo, lo cual nos iba a generar dinero, seguramente, nos iba a generar viajes, pero optamos por seguir en esta especie de militancia

Sergio Goya: bueno, para terminar esta primera etapa, Marcos Adandia y “La Dulce…”

(video panorama de trabajos publicados en la “Dulce Equis Negra”)

Marcos Adandia: La revista la venimos haciendo hace 6 años. Es un espacio que tiene el propósito de compartir desde lo particular a lo general trabajos hechos a lo largo del tiempo, con compromiso y con amor de el que lo hizo. Ahí hay una cantidad de emoción que necesariamente se expresa con la confianza de que va a ser recibido así, de ese manera lo publicamos con el cuidado y el respeto que la fotografía merece.

Otra intención de la revista es el hecho de pensar que cada uno de esos trabajos con su particularidad, con su individualidad, compartiendo el espacio del que estamos hablando recién, se contextualizan y forman una frase, un pensamiento. La idea de la revista es compartir un pensamiento, un sentir, sobre tantas cosas, la memoria, nuestra ideología, nuestro sentimiento. Muchos de los trabajos son de carácter bien intimo y confiar que la dirección que lleva este intento es la de aportar lo poco que pueda, lo que sea, en la tarea de cada uno, en un mundo mejor, en una forma mas sana, en una forma mas sencilla, en una forma mas sincera de vida en este tiempo y para nuestra gente.

Es un proyecto personal, hacemos toda la gestión con mi compañera. La editamos cada seis meses, que es un tiempo que más o menos nos permite madurar lo que vamos a publicar. En un origen estaba la idea de que cada revista tenia que ser como una idea, una reunión a la que se invita un grupo de gente que van a transmitir un pensamiento, que van a transmitir una emoción. Básicamente es la posibilidad de decir algo a través de una emoción; nos alejamos bastante de lo que es el discurso político. Siento en este tiempo que mi necesidad es comunicarme desde la emoción y desde el corazón. Lo que hoy puede modificar, y contribuir a que se modifiquen las cosas a favor de nuestros sueños, de los sueños de nuestros hermanos desaparecidos quienes han dado la vida en esta tierra para hacer algo mejor, es hacer la cosas sinceramente, desde el corazón y si contribuye de alguna manera en algo bienvenido.

En todo caso, también tiene la parte individual que tiene que ver con mi trabajo como reportero grafico. El proyecto nace así del cansancio de escuchar, en las revistas, en los medios en los que iba trabajando, cuando yo proponía mis fotos o me mandaban a hacer algo, las respuestas solían ser “esto no es un libro”, “esto la gente no lo entiende”. “esto no es una galería”, entonces en algún momento, frente a todas esas negativas y con la arrogancia de “esto la gente no lo entiende”, me propuse hacer algo que sea un libro, que sea una galería, confiando en que la gente entiende cuando las cosas están así vistas, con sinceridad.

Pregunta: No se si les corresponde a todos la pregunta, pero quería saber si los proyectos eran sustentables

Sandro Pereyra: Muchas veces tuvimos que resignar salario, pero si vos trabajas en un lugar que te pagan mal, tu trabajo nos se ve y te tenes que pelear todos los días con un armador…bueno. Pero si tu trabajo esta valorado por iguales compensa los sufrimientos. Nosotros desde 2006 hasta 2009 estuvimos arrastrando deuda, solo accedíamos a créditos de usureros, con tasas anuales imposibles. Recién en 2009 se igualaron las ventas y cubrió el presupuesto y ahora tenemos el desafió de mejorar los sueldos y evitar el pluriempleo que es lo que sucede en muchos casos.

Marcos Adandia: Yo bueno… trabajo en otros lados, no es un proyecto del todo sustentable.

Gisela Volá: Esta claro que ninguno de estos proyectos es para ganarse todo el dinero, pero desde el punto de vista del “espacio de libertad” es bien diferente. Al principio nosotros no ganábamos nada y bueno…hacíamos otras cosas. De poco fuimos logrando dejarlo.

Muchas veces tenemos que resignar el trabajo autoral, que es el que más nos gusta, para poder sustentarnos. También pedimos ayuda económica para proyectos en particular, o aplicamos a becas.

Pablo Piovano: lo que pudimos rescatar de lo libros, con el bono contribución, lo fuimos llevando a la escuela de la isla, pero plata, para nosotros, no.

Gonzalo Martínez: Alguno recursos los conseguimos por medio de una fundación, que conseguía becas a través de la secretaria de cultura de la nación. Esto se invertía en las camaritas, en alguna salida para los chicos a ver alguna muestra

* La mesa se desarrolló el domingo 10 de abril de 2011 en el marco del 1 Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos en Chapdmalal.

Desgrabación: Miguel Goya

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  1. 1º Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos » EXPERIENCIAS ALTERNATIVAS DE TRABAJO — 19 Junio 2011 @ 16:04

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