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1º Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos » talleres

Entradas con etiqueta: talleres

El taller de Carlos Bosch en palabras de un fotógrafo. Texto de Martín Felipe

Foto de María Candelaria Lagos

Autora: María Candelaria Lagos

El taller básicamente plantea la llegada a un punto de inflexión en la crisis de la profesión de fotoperiodista en nuestro país. Según la mirada de Carlos Bosch, la crisis actual en la que se encuentra el reportero argentino, tuvo su auge y quiebre a nivel mundial y ya fue superada en la mayoría de los países en donde la fotografía y los fotógrafos ocupan un lugar central en los medios de comunicación.

Carlos plantea que el viejo formato del reportero gráfico que consigue trabajo estable en un staff de fotógrafos y trabaja durante 20 o 30 años en un diario, agencia, revista, etc, quedó caduco hace tiempo y en contraposición propone verse a uno mismo como una “mini pyme”, en donde la independencia y la búsqueda de una mirada personal sean el eje principal que marque el camino de la profesión. Remarca también la importancia de una mirada introspectiva en donde lo fotografiado tenga un sentido profundo para el fotógrafo, un sentido comprometido con los temas a abordar. ¿Qué nos interesa? ¿Quiénes somos en el mapa social?, etc.

Para que esta propuesta tenga una base sólida, plantea la necesidad de entender el nuevo mapa y las nuevas dinámicas mundiales en las que se mueve la fotografía periodística/autoral, y hace hincapié en prestar atención a los nuevos formatos digitales de difusión de obra y/o de intervenciones periodísticas.

Marca también la importancia de reconocernos a nosotros mismos como fotógrafos creadores y generadores de contenidos. La propuesta no se limita sólo a una mirada periodística de la realidad sino que invita a expresar las subjetividades de cada fotógrafo (con diversidad de lenguajes y técnicas) y sostiene que esta característica “personal” es lo que hace atractivo el trabajo del fotógrafo hoy en día.

El ser responsables y comprometidos con su época son un eje importante en la propuesta de Bosch.

Por mi parte, sentí que la recepción del taller fue positiva para los presentes, transmitió un gran optimismo por el futuro de la profesión.

Comparativamente con los demás talleres quizás fue el único que propone una generación de soluciones por fuera de la dependencia de los grandes medios (como empleados de estos).

Surgió mas de una vez la pregunta referida a la parte económica y rentable de este nuevo panorama, por lo que Carlos ofreció una gran variedad de ejemplos: paginas web de grandes diarios dedicadas exclusivamente a la fotografía (compran trabajos), blogs y páginas web propias (ingreso por publicidad, difusión y venta de trabajos),  proyectos colectivos financiados a través de subsidios, becas, etc.

En definitiva y redondeando un poco, el espíritu del taller fue trasmitir a los fotógrafos la importancia de reconocerse como tal y tomar las riendas de la profesión haciéndose cargo de todas las áreas que conciernen a su trabajo.

Responsabilidad para con uno, para con el medio/herramienta y para con la sociedad que se alimenta cotidianamente de nuestras imágenes.

Martín Felipe

FRAGMENTOS DEL DESGRABADO DEL TALLER Daniel García*

Somos periodistas

Somos todos fotógrafos, pero trabajamos todos en prensa, somos reporteros gráficos. Entonces la cosa es: ¿para qué fotografiamos? Estamos fotografiando para informar, entonces somos periodistas. Nosotros mismos nos ponemos en un lugar de no periodistas cuando distinguimos entre periodista y fotógrafo. Esto es algo que hay que profundizarlo y plantearlo todos los días porque nos autoexcluimos del periodismo, en el que ya no estamos, tanto para los medios como en el concepto social. Si uno lo discute con alguien de la redacción la mayoría va a decir que sí somos periodistas, pero en la práctica concreta y en la consideración interna y en la que manifiestan los representantes institucionales del periodismo en la Argentina, estamos excluidos del proceso informativo.

A mi no me parece que la categoría de periodista sea mas alta que la de fotógrafo, no es eso. Pero hay una relación de poder en la que el que escribe decide sobre el perfil de la noticia, o que es lo importante, y el fotógrafo acompaña. No me parece que sólo sea semántica, es algo que tiene una conexión directa entre la definición y lo que somos. Es algo que tenemos que trabajar, tenemos que empezar a hacerlo en todos los frentes, constantemente, con la gente común, en las redacciones.

Cuando nosotros podamos asumir el rol de periodista íntegramente, vamos a poder quizá también fotografiar de otra manera, porque las propuestas que sean, no van a ser pensadas por alguien que no piense la imagen. Nosotros pensamos centralmente en la imagen, y en una imagen que este vinculada con la información que queremos brindar. Tenemos que trabajar para ver que podemos hacer, nosotros, para ponernos en el lugar que creemos (por lo menos yo) que nos corresponde.

garcia1

Autor: Damian Dopacio

Nuestro lugar en los medios

El fotoperiodismo en la Argentina tuvo altas y bajas. Hubo momentos en que la imagen que nos gustaba se producía y publicaba, y otros momentos en que no. El problema que tenemos cuando no nos publican la foto que queremos, que nos gusta, es que además de enojarnos, nos frustra. ¿Qué pasa que cuando nos eligen la foto nos vamos contentos a casa y cuando no, nos frustramos? Había uno que decía que se fotografiaba con el ojo, con el corazón y el cerebro. Me parece que en este caso estamos reaccionando sólo con el corazón. Me parece que es esencial, pero quizá es hora de poner un poco mas de cerebro a ver que pasa con el que elige la foto: ¿Quién la elige? ¿Cómo la usa? ¿Cómo la manipula con la palabra que le pone al lado, la volanta, el epígrafe, lo que sea? Y a partir de todo esto, ver como nosotros podemos estar contentos o tristes (pero no frustrados) entendiendo el proceso industrial de producción de la noticia y en que forma nosotros estamos insertos en él, y de que manera esto se puede ir modificando.

De lo contrario, la frustración tiene dos lados: uno es la situación personal, ya que todo este desgaste te lleva a que una profesión que amabas y que hiciste un montón de sacrificios para entrar y desarrollarla, termina siendo no tan atractiva. Empezás indefectiblemente a pensar en ponerte un kiosco, manejar un taxi o cualquier otra cosa. A mi me ha pasado, les hablo con mi experiencia propia. Y por el otro lado hay un tipo menos que jode ahí adentro, hinchando las pelotas con qué es lo que hay que mostrar, cómo hay que mostrarlo, etc.

La delgada línea entre lo profesional y lo sindical

En este trabajo existe una situación compleja que es la delgada línea que divide la parte profesional de la parte sindical. No digo sindicalismo como dirigentes, sino como acción de lucha para conseguir ciertas reivindicaciones. Cuando yo era más joven un colega me dijo que lo mandaban a hacer muchas notas seguidas, y no tenía ni tiempo de pensar y reflexionar y sacaba cualquier cosa. Eso es una lucha sindical, un derecho como trabajadores, que somos todos obviamente. Pero en la parte profesional uno tiene que hacer la mejor foto que puede, si no saboteamos voluntariamente nuestro trabajo en vez de encarar la lucha por el camino correcto que sería, por ejemplo, en vez de hacer 5 notas hago 3, pero las hago bien. Quizás en otras profesiones está muy bien marcada esa línea, pero en la nuestra no.

Calidad vs. cantidad

Ahora hay muchos fotógrafos buenos o muy buenos que están trabajando en prensa, que cuando yo arranqué no había. Ahora, ¿qué pasa que teniendo las nuevas generaciones de fotógrafos, que tienen una habilidad o un talento mucho más desarrollados, que se preocupan, que estudian, que se informan, seguimos estando en esta situación? Tenemos cámaras maravillosas, tenemos posibilidad de fotografiar prácticamente en cualquier situación (técnicamente hablando), tenemos posibilidad de usar un montón de espacio en nuestras tarjetas, etc. pero estamos haciendo exactamente lo mismo que antes: estamos siendo el soporte de un proyecto que lleva adelante otro. Mas allá de la fotografía autoral y de los proyectos personales. Yo no se cuantos de acá están en relación de dependencia, pero imagino que la mayoría. O sea, un fotógrafo que tiene una agencia propia y tiene su personal, probablemente pueda tomar decisiones diferentes. Cuando uno esta inserto en un medio, la cosa tiene esta complejidad.

En la primera discusión que se dio en el medio específico donde yo trabajo, que son las agencias, hay dos bandos: los de la cantidad y los de la calidad. Yo estaba y estoy en los de la calidad, y perdimos. Hace treinta y pico de años que trabajo, y de todas las luchas perdí como mínimo el noventa por ciento de las veces. Esta proporción se puede mejorar o empeorar, y el triunfo o el fracaso en las cosas coyunturales no tienen demasiada importancia porque tenemos que seguir insistiendo. Si nosotros no somos el motor del cambio, nadie se va a mover por nosotros porque no les hace falta. Es más, que los fotógrafos piensen y tengan imágenes de buena calidad, muchas veces les sirve, pero muchas más les jode. Porque la idea sigue siendo que la imagen está para soportar lo que están escribiendo, cualquier foto sirve, si no opina lo contrario.

Cuando se prioriza la cantidad pasan dos cosas que afectan a la imagen: 1) hay una catarata de imágenes que impide a los editores tener acceso a todo el material. Es imposible para cualquier medio tener editores para poder ver todo el material que se produce; no da el tiempo. Esto hace que los editores estén en una situación compleja, porque ¿sobre qué están editando? En general, la única forma en que un editor fotográfico pueda resolver eso, es que alguien venga y le diga “che, en tapa va a ir lo de Irak”, entonces en vez de mirar tres mil, tiene que mirar trescientas, que igual no es poco, pero se pude hacer. Ahora, en ese caudal de fotos van muchas cosas; muy buenas, regulares, malas también. Lo que sucede en ese tsunami fotográfico es que las fotos terminan siendo cualquier cosa. El editor termina diciendo “estoy harto, pongo esto”

Lo que yo veo es que esta cantidad es muy valiosa, desde un punto de vista comercial, yo no digo que hay que oponerse a esto; digo que vamos a ver que es lo que genera esto, y como podemos modificarlo. Genera que las fotos no se ven. Dentro de la parte periodística tiene otro aspecto ganador, el hecho de que un texto se lee mucho más si tiene una imagen al lado. Esto hablando sobre todo en la Web, pero también en los diarios impresos. Esto me resulta bastante complejo, pero parece que hay un crecimiento de la imagen en los medios; obviamente un crecimiento en la sociedad, en la comprensión y comunicación a través de las imágenes. No creo que la palabra se termine, ni creo tampoco que haya periodismo sin palabras, pero hay un crecimiento de la imagen, tanto en el volumen como en influencia dentro de un medio. Por ejemplo, en las agencias esto se puede medir y en los periódicos también. Ese volumen de imágenes sirve para que cualquier cosa que se escriba pueda tener una ilustración.

Hay un fenómeno contradictorio y que abarca todo. La producción de las agencias hoy es más que nada productos web. Lo que está pasando es que la fotografía está ocupando cada vez más lugar, es la que genera más recursos. Entonces, a mayor crecimiento de la fotografía, mayor preocupación en la parte del texto, porque muchas veces pasa que el cronista te dice “haceme una foto de esta nota, porque sin la foto no me la publican”. Pero ahora ya empieza la etapa del miedo a decir “che, ¿y esto cómo va?”, porque el crecimiento de la comunicación social con la imagen toma cada vez más protagonismo. Hoy casi todo el mundo es fotógrafo, no digamos desde el punto de vista profesional, pero ejerce de alguna manera la fotografía o el video para cosas familiares, redes sociales, etc. O sea, todo el mundo saca fotos, y la gente le va tomando el gustito y empieza a mirar”.

La imagen y la palabra

Acá tenemos otro problema con la estructura de la sociedad y la educación. Cuando vamos a un jardín de infantes, lo primero que nos enseñan es a dibujar. Una de las cosas que se empieza a dibujar son letras, y las letras luego se convierten en palabras cuando se entrelazan. O sea, que hay un proceso en el que la civilización considera que es importante saber leer y escribir. No hay ningún proceso educativo que incluya la lectura de la imagen; no existe, salvo en niveles terciarios. O sea que, más del 90% de la población, no puede leer imágenes más que de una forma intuitiva. Entonces, obviamente, el que puede leer texto, va a entender la comunicación desde ese punto de vista, que es la mayoría.

Esto trae consecuencias. Nosotros vemos fotos publicadas en tapa de un diario, y decimos que son una mierda. Y tenemos algunas consideraciones que hacer, incluso se hacen reuniones entre fotógrafos para opinar sobre las imágenes publicadas en los diarios. Pero nunca vamos a ver en un diario un titular que diga “Ban asia avajo”, pero sí fotos que están escritas así, miles. No va cualquier título en la tapa, pero sí cualquier foto.

Hablando sobre la cuestión de la imagen y la palabra, se da el caso de los noticieros televisivos en la Argentina y la presencia de los video-graph. Estas inscripciones están tomando más de un tercio de la pantalla. Y no es que la imagen se conserva entera, pero mas chiquita; sino que las inscripciones están sobre la imagen (”urgente”, “repetimos” etc.). Lo que hace la tele es una revalorización de la palabra ante el avance de la imagen como herramienta comunicacional. ¿Por qué, cuando un medio que tendría que ser imagen y sonido, ahora ya es imagen, sonido y palabra escrita? Entiendo que hay gente que no escucha, lo que obviamente no esta mal; entiendo que les viene bien comercialmente, porque por ejemplo en un bar ponen un canal de noticias y sacan el volumen. El problema de esto, es que el concepto de información a través de la imagen se pierde, porque la información no se da, porque esta tapada.

En muchos otros casos, como la utilización de estos nuevos no-empleados pero si proveedores ad-honoren, que tan bien existen en los medios escritos pero que esta fundamentalmente arraigado en la televisión, es que esta mal filmado, en muchos casos con celulares, todo movido etc. El problema en estos casos es que el espectador nunca ve lo que supuestamente, según los textos en pantalla y lo que dice el locutor, debería ver. Esto me preocupa porque si en la escuela no les enseñaron como mirar imágenes y un medio masivo difunde esa calidad de imágenes, lo que estamos haciendo es repudriendo la capacidad de la mayor parte de la gente para poder ver y empezar a comprender a través de las imágenes. Estamos en una crisis que en este caso nos afecta a nosotros, pero que afecta al periodismo en general; el proceso informativo tiene falencias que son graves porque lo invalidan como tal. Estamos intentando “hacernos” los que informamos, pero en realidad no informamos. Creo que todo el mecanismo de todo este proceso seudo-informativo lleva a que la imagen, y por tanto todos los productores de la misma, sean simplemente no los protagonistas de la obra, sino los personajes secundarios.

Hay cosas que no son controlables y hay que aceptarlas así, lo cual no quiere decir que coincidamos. Desde nuestra perspectiva tenemos que tratar de modificar todas éstas cosas que nos están molestando. En el punto éste quiero hacer un alerta. En el proceso histórico de los cambios en la prensa, especialmente la prensa escrita que de alguna manera es la más antigua, ha habido profesiones que han desaparecido. Por ejemplo el tipeador, que ya no existe. Y esto se dio por los cambios tecnológicos que fueron apareciendo con el correr de los años. También los correctores, los laboratoristas. Entonces, la primera víctima es el laboratorista, y la segunda víctima en extinción, para mí, es el editor. Desde mi punto de vista, el editor fotográfico tiene los días contados, si se sigue en este proceso conceptual y con avances tecnológicos. Porque en realidad ya no sirven para nada. Si tiene que editar el trabajo de siete fotógrafos en el diario, que le traen 500 fotos cada uno, están con el mismo quilombo que el editor internacional que tiene 3 mil.

En los diarios se da una cosa que para mí es muy buena que es que el fotógrafo hace una preedición, no en todos pero en muchos. Algo que está bastante bueno porque ya le da por lo menos todo lo que apretó a su propio juicio de más, y ya se acota la cosa. Lo importante del espacio de reflexión es ver que hacemos con todo esto que tenemos. Primero fueron los laboratoristas, ahora los editores. Lo que quieren es que les manden muchas fotos, para poder elegir “a la carta” lo que les sirva a su propósito. ¿Pero quien elige? El que escribe, elige lo que el quiere “ilustrar” en su texto.

Lo importante es que tengamos una visión estratégica, porque no vamos a lograr los cambios ya. Pero este encuentro hace unos años era imposible conseguirlo. No es que estamos paralizados, en todo caso estamos mal. El asunto es no parar, hay que seguir movilizados porque la problemática esta es cambiable. El asunto es ver cómo nos insertamos en la estructura de los medios, en una posición en la que la fotografía o la imagen puedan tener un poco más de relevancia, u ocupar el lugar que nosotros deseamos o nos gustaría. Porque ahí es donde el cambio puede ser un poco más profundo, o podemos seguir profundizando un cambio que va de una manera lenta y con altibajos.

* Fragmentos desgrabados de los talleres coordinados por Daniel García del viernes 8 de abril a la tarde y el sábado 9 de abril a mañana en el marco del 1 Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos en Chapdmalal realizado en 2011. El taller fue un espacio de discusión regido por la dinámica de la oralidad. Decidimos editar las ideas principales para que fuera comprensible en este formato.

Desgrabación: Fabian Induti y Miguel Goya

REFLEXIONES DE DANIEL GARCIA

Daniel García - Foto de Germán García Adrasti

Daniel García - Foto de Germán García Adrasti

El 1er Encuentro Nacional de RG puede ser una bisagra en la historia del fotoperiodismo argentino.

El hecho, aparentemente simple, de reunir a más de 120 reporteros gráficos de diversos puntos del país es un hecho inédito y muestra claramente la voluntad de cambio de una gran cantidad de asociados a ARGRA.

Una organización perfecta no fue producto de la casualidad, sino de un trabajo muy bien pensado, planificado y ejecutado milimétricamente.

La prolongación de casi todos los talleres luego del tiempo estimado para su conclusión no deja lugar a dudas acerca del entusiasmo.

Los participantes fueron exactamente eso y no meros asistentes. La actividad de los mismos en cada taller, las propuestas realizadas y las discusiones que se sucedieron implican un alto grado de compromiso con la profesión.

La exhibición de trabajos producidos casi totalmente en forma voluntaria con el manejo de nuevas tecnologías alcanzaron un nivel que sorprendió a muchos y demostró que hay, por lo menos, un grupo capacitado para ocupar un lugar que nos esta esperando.

Si es que hay una conclusión posible, para mí es: tenemos organización, estamos con voluntad, entusiasmo, compromiso y capacidad para mejorar en forma sensible nuestra profesión. Bueno… hagámoslo.

EL TALLER EN PALABRAS DE UNA FOTOGRAFA: texto de Adriana Almagro

Taller de Daniel Garcia

Taller de Daniel Garcia

Otoño. Día fresco de sol.

Bancos de plaza de madera blancos, casi en semicírculo.

Fogón apagado.

Hay un pizarrón con un dibujito hecho en marcador, y una frase escrita: “VAN ASIA AVAJO”, una excusa para empezar a conversar.

Por la calle cerca pasan autos y camiones (también pasó una moto).

Son más de las diez de la mañana.

21 fotógrafos, creo conté. Luego algunos más.

9 de Abril de 2011, Chapadmalal. Segundo día del Primer Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos.

Daniel García mira la frase, que varios comentan. Y empezamos.

Busca algo en la computadora y lee una parte de Única arma, la palabra”, texto de Félix Hipólito Laíño, publicado en la página de la Academia Nacional de Periodismo (1).

¿Qué lugar tiene la palabra escrita? ¿Qué lugar tiene para quienes?

¿Qué lugar tiene al momento de construir una visión sobre las cosas desde el principio, es decir, desde que empezamos a estudiar? Y suena contradictorio que la visión sobre las cosas se constituya y legitime no por imágenes, sino por palabras. Con la educación formal, desde los comienzos en la escuela, el dibujo y la palabra se van separando cada vez más, o mejor dicho, la palabra va reemplazando a los dibujos que los niños hacen para representar lo que ven, lo que imaginan, lo que sienten. La palabra escrita aparece después que el dibujo y pareciera que ya no se juntan (por lo menos por varios años) para armar esa visión del mundo que cada uno de nosotros puede tener.

Se nos enseña desde muy chicos a leer y escribir, pero no a mirar. O no por lo menos, en igual medida.

Ahora, que de ahí termináramos hablando de las “Estrategias de superación en la tarea de informar”, tema del taller, corrió bastante agua bajo el puente. ¿Cómo se fue transformando nuestro trabajo como fotógrafos en los medios de comunicación? Cómo comunicadores en un sentido más amplio, ¿cuál fue la relación de la palabra con la imagen que pudimos entablar? ¿Qué lugar fuimos ocupando nosotros con respecto a eso en nuestra tarea de informar? ¿Qué lugares dejamos vacíos, producto de esa división original que fue estructurando todo?

Y sobre todo: ¿Cómo podemos resignificar nuestra tarea para desarrollar estrategias actualmente?

El lenguaje escrito es necesario para muchas de nuestras tareas; fue y es en gran medida, una cuenta pendiente para muchos de nosotros, a la que se suma ahora los nuevos cambios tecnológicos.

Y de cuentas pendientes se fue haciendo el camino. El fotógrafo no sólo ve: está, escucha, conoce muchas cosas que no transmite de otra manera, pero que fueron necesarias para crear la imagen fotográfica y que necesitan ser referidas para contextualizar lo que allí sucedió, porque es él quien estuvo frente a lo que retrató. Y eso es parte de la tarea periodística: el fotógrafo de prensa no es sólo fotógrafo, también es un periodista; aunque en general no se le reconozca ese lugar en su labor diaria.

La definición de periodista es general, pero cuando un reportero gráfico se refiere a un redactor o cronista como “El Periodista” lo que hace es excluirse a sí mismo de esa categoría. ¿Cómo podemos esperar que nos consideren periodistas si nosotros mismos nos autoexcluimos de la definición?

Una cosa llevó a la otra, y fuimos dando a través de relatos de experiencias, inquietudes y preocupaciones, al tema de los cambios tecnológicos más recientes, pasando por el gran cambio anterior que fue la digitalización de la fotografía. ¿Qué implicó eso al principio? ¿Qué implica eso ahora?

Por suerte si hay algo que un fotógrafo también tiene son anécdotas, y sirven de mucho: por el humor y por la experiencia. Para tomar aire y seguir.

¿Dónde estamos parados ahora? ¿Qué están haciendo los medios masivos de comunicación con la fotografía? ¿Qué estamos haciendo nosotros? ¿Qué está pasando con la imagen? ¿Cómo se construye, con qué herramientas y en qué lenguaje visual se está comenzando a informar de forma más acelerada cada vez en los medios? ¿Calidad? ¿Cantidad? ¿Inmediatez? ¿El conocimiento de un lenguaje visual y periodístico? ¿Y la experiencia?

¿Publicaciones online, diarios y agencias, hacia dónde pareciera que están yendo?

Todavía es incierto, el vacío no termina de poder darse una forma. Las transformaciones parecieran transiciones no claras.

Con deudas pendientes y todo a lo largo de los años, tenemos algo muy importante: vemos, tenemos un conocimiento y una experiencia muy valiosa, tanto de los compañeros con una trayectoria más larga que pasaron por varias transformaciones de los medios, como los más nuevos que experimentaron las transformaciones más recientes tecnológicas y laborales.

Todos coincidimos en algo durante este mediodía,  este período abre una posibilidad que nosotros mismos tenemos que tomar en nuestras manos: resignificar nuestros conocimientos, potenciarlos y aumentarlos formándonos para ser capaces de proponer y poder continuar aportando a la construcción de esa visión de la que comenzamos a hablar en este taller y que de maneras diferentes, a lo largo de los años, se fue transformando.

La memoria y la experiencia, no pueden ser algo estático, aislado. Por eso nos reunimos, por eso la necesidad de pensar juntos para empezar a hacer.

Adriana Almagro

(1)                  http://www.academiaperiodismo.org.ar/historia/unicaarma.html

 

FRAGMENTOS DESGRABADOS DEL TALLER

Hice una convocatoria pública para aquellos que quisieran mandar fotos, que las enviaran. La convocatoria era mandar doce fotos sobre un sólo tema o sobre varios, y que asociaran con la frase “Ni objetivos ni neutrales”. Era una decisión absolutamente personal. A mucha gente le costó decidirse y tardó un tiempo en enviarlas. Incluso muchos me hicieron preguntas, yo no respondí ninguna. Parece que cuando te dan una libertad total es como estar al borde del abismo. Esa es la primera conclusión que saqué, que no estamos acostumbrados a manejarnos con ninguna libertad. Les puedo hablar de algunas proporciones estadísticas: la mayoría se siente mucho más representada en su opinión cuando es un reportaje extenso, mientras que la minoría se siente más representada en las noticias de todos los días. Y hay un grupo especial que es el de los mas viejos, que fue muy particular porque la gente de mi edad o más, mandaron fotos de hace veinte años. Evidentemente, ellos se sienten más representados con lo que hacían cuando eran jóvenes o porque en esa etapa del país encontraron algo muy especial.

Lo de los reportajes no es casual porque en general en donde empieza a definirse la opinión es cuando se decide qué se hace, qué tema expongo. En general los reportajes, a pesar dentro de la estructura de un medio, hay mucho de propuesta individual. En algunos lugares pueden conseguir ese espacio que se les de, y es evidente que se sienten más representados así que por ambigüedades siempre presentes en una sola foto de noticias. De todas maneras, el poder de la imagen se juega más que nada en las fotos de noticias. No por nada los play de las agencias de noticias son siempre de las fotos publicadas impresas en papel, y sobretodo en las portadas, donde es mucho más difícil entrar con la opinión del fotógrafo, que con la del patrón.

Esto de la objetividad ya no se lo cree nadie, ni siquiera los que la proclaman y la piden. En general, cuando un editor de un diario o una revista te dice “me parece que tu foto no fue objetiva” es simplemente porque no respeta la visión del diario, que no quiere decir que no sea objetiva, pero es la opinión del patrón. Yo lo que les pido ahora es que proyectemos las fotos que envió cada uno, y luego de la proyección de cada autor debatimos un poco. En la fotografía es muy importante la parte de la reflexión sobre las imágenes. Yo el otro día me puse a seleccionar doce fotos mías, y nunca lo había hecho en veinte años de carrera. Me fue muy difícil. Si quieren tomar nota me parece muy bueno, y si me las quieren enviar también porque va a ser un aporte muy grande cuando yo escriba sobre el taller.

Se está produciendo un fenómeno bastante interesante que son las alternativas que encuentra uno para expresarse cuando uno está muy coartado todos los días en el trabajo, y a lo largo de los años descubre que en realidad no se expresa un carajo haciendo fotos para un medio. Hace años que ya viene con la Polaroid, el teléfono, etc. Pero ahora se está masificando con el IPhone, porque parece que uno se compra un IPhone y se enamora perdidamente. Entonces hay mucha gente haciendo fotos durante los reportajes para sí mismos. Daría la impresión que cuando desaparece el periodismo, aparece otra cosa que ustedes ya le pondrán nombre.

a muchos nos pasa esa dicotomía de la foto objetiva que quizá publicamos en los medios, y después terminar produciendo eso también que está buenísimo (En referencia al trabajo proyectado realizado con un iphone). Es medio esquizofrénico vivir con esa…como una duplicidad de personalidad sería…

Participante: “Hay veces que pasa de ir a cumplir con la nota o el pedido, y justo te encontrás con algo que te da gusto hacer y no sabés si volver una vez terminada la nota, o hacerlo en ese momento. Sin querer estás con esa presión de no saber si hacerlo o no en ese momento, y eso es una forma de “autocoartarse”.

JS: Hacelo en ese momento porque después no sabés si vas a volver. Hay hasta algunas oportunidades donde hay una intersección, entre que el medio no tiene otro remedio que publicar lo más cercano a lo que vos ves, y tiene la necesidad de la foto que a vos te gusta. Son pocos, y mirá que yo llevo treinta años trabajando y fueron muy pocas las oportunidades. Si las aprovechás te das cuenta que existen, y si las desaprovechás no te queda otra que no hablar. En general los diarios se la pasan mintiendo, pero para que la gente les crea las mentiras más importantes que están en las secciones de política, economía, etc., tiene que haber muchas verdades también, y para eso nos usan a nosotros. Nosotros hacemos más creíbles a los medios, cumplimos una función que no nos gustaría tener que cumplir. Pero es así, porque si uno va a un medio de conjunto, está muy repartido el trabajo. Y esas son oportunidades que se deben aprovechar, sobretodo para los reportajes. Esos trabajos a lo largo son nuestros mayores orgullos, porque cuando una foto que te gusta mucho llega a la tapa de un diario, es algo maravilloso. Hay que estar muy despiertos porque siempre se pueden dar esas posibilidades.

Yo les envié dos fotocopias: una se llama “Moral y Fotografía” (de Sontag), y me gustaría que cuando tengan tiempo lo lean. A mi me hizo entrar muy en crisis este texto y me costó bastante recuperarme. Siempre pienso en la inestabilidad de la estética, hay veces que la estética alinda demasiado la foto, en situaciones demasiado terribles.

Con respecto a lo que se decia de la esquizofrenia, nosotros no somos ajenos al tipo de esquizofrenia que se da en la gente generalmente cuando mira las fotos de los diarios. Me parece que nosotros lo vivimos doblemente, no sólo porque vemos los diarios, sino porque a veces estamos en esas situaciones. Y esas situaciones no son gratuitas, sino que van mellando en tu psicología para que puedas vivir. Somos los que tenemos el callo más grande. Y por otro lado, la obligación de ser sensibles. Esas tensiones las sufrimos todos, y cuando más te metés, más te hacés pelota.

P: A mí lo que me pasa un poco es que perdí el entusiasmo de trabajar para los medios. Por ahí no estoy mintiendo yo, pero el trabajo que hice, al otro día va a ser parte de una mentira o una gran mentira. Sin embargo, la mayoría de mis trabajos de autor surgieron a partir del diario. Eso sí, para mi es una herramienta fundamental trabajar en un medio porque me da la oportunidad de conocer historias y buscar cosas para hacer.

JS: Me parece que eso se da en todo ámbito. Yo estoy haciendo casamientos ahora porque me viene muy bien el dinero y los hago de una manera particular que a la gente le gusta y los vendo. Y cada vez estoy haciendo más fotos para mí en los casamientos. Entonces me di cuenta que hasta en los trabajos más mercenarios que uno puede hacer, uno encuentra cosas para uno, si es capaz de ir viéndolas, haciéndolas, y guardándolas.

Pasamos a otro trabajo, este es el texto de….: “Cómo hacer fotoperiodismo sin caer en la fórmulas que a diario nos imponen los medios y también los principales certámenes como el Worldpress. Tendríamos que comenzar pensando cuáles son nuestros intereses sobre los temas que elegimos, y más profundamente pensar en por qué decidimos ser fotógrafos. En mi carrera de casi 20 años como fotoperiodista no he dejado nunca de sorprenderme, pues cada vez que me veo enfrentado a ver qué es lo que el ciudadano común y corriente selecciona, o destaca de entre las millones de imágenes con las que convive, casi siempre su elección es muy sencilla. ¿Pero qué es realmente lo que sucede entonces? En mi modesta opinión, lo anterior se refiere a lo equivocado que estamos en torno a los preceptos que nos mueven como fotógrafos. Nada más sabido que en nuestro día a día, la búsqueda por la imagen más impactante, la que contenga mayor información, la que tenga la mejor composición, o simplemente la que nos llene más como profesionales, es la que sentenciamos como la mejor. Lejos de eso, a la mayoría de la gente no le pasa nada con esas imágenes que con tanto esfuerzo hemos hecho. El padre del fotoperiodismo Eugene Smith decía que “pongo tanta pasión en mi trabajo fotográfico que, más allá del arte por el arte, prefiero saber que mis fotografías empujarán a alguien a la acción, a hacer algo para resolver algo”. Qué difícil es entonces hoy renunciar al ego que tenemos, y poner exactamente en la mira del lenguaje, en una línea tan sencilla que permita transmitir un mensaje sin quedar atados en los modelos insensibles que la gran industria del periodismo nos ha impuesto. El conjunto de imágenes que verán a continuación, es de alguna forma un intento para escapar de mis propios tormentos, de aquellos que por años han regido mi mirada y de alguna forma también han (Inaudible) mi opinión como ser humano. Como formato utilicé el teléfono celular, pues he encontrado la forma de reducir todo únicamente a la mirada”.

Tengo la sensación de que los medios se están empezando a avivar de esto. Porque hubo un premio muy importante, no se si el Worldpress u otro, a un trabajo con un celular de Afganistán creo. Dentro de poco va a ser una alternativa menos. Una anécdota muy buena que tengo es cuando tuve que ir a hacer un torneo Sub-20, que son campeonatos muy aburridos porque no conocés a ningún jugador (risas) en Ciudad del Este. Es una ciudad medio brava, porque se mueven millones de dólares por día en la calle, hay mucha gente armada sin uniforme policial…una situación medio fuerte. Entonces a la calle salía con el teléfono por miedo de que me roben la cámara y después no podía hacer el partido. Entonces la única diversión que encontré ahí fue pasear con el teléfono por Ciudad del Este. Entonces hice un colage como de 20 fotos. Un día hablando con un amigo él me dice que se las envíe al jefe a ver qué le parecían. Se las mandé, y me respondió “están buenísimas, mandame las grandes” (risas generalizadas). O sea, jamás entendió que las hice con el celular. Y yo le contesté “¿qué grandes? Son esas las imágenes”, a lo que me retrucó “ah no, entonces hacé un reportaje con la cámara”. Me callé y fui a intentar hacer lo mismo pero con la cámara, e incluso me tomé más días. ¿Y saben qué? Nunca me salió. Tuve otras cosas es cierto, pero la frescura que tenían las fotos que yo hice sin ningún interés por publicar, no lo tenían ni en pedo las de la cámara. Es impresionante la efectividad del experimento”.

Este trabajo se llama “De Frente”. Leo el texto porque me parece interesante (de Nicolas Pousthomis de SubCoop). “Ese día no sólo hice fotos. Tuve que correr, pelear, levantar gente herida, armar barricadas, y sin embargo, tengo las mejores imágenes que hice en mi vida. Es un conjunto de fotos tomadas con una cámara vieja, por la que entraba luz, y que trababa los rollos en medio de las tomas. Una Nikon EM, que la conseguí por cincuenta pesos, fue la cámara que me enseñó a trabajar y ese día, sin darme cuenta, fue mi primero como reportero gráfico. A partir de ahí, empecé a ganar plata con las fotos que hacía en las calles y en las marchas. Vislumbré entonces que podría en algún momento dejar de hacer cumpleaños de quince y otras tranzas, que para colmo me salían muy mal, para vivir de la fotografía de prensa. Esas fotos, del 19 y 20 curiosamente, me cerraban aún las puertas por las que quería pasar. Y se me abrieron puertas que jamás me imaginaba. Las puertas que se cerraron fueron las de las redacciones de los diarios y agencias de noticias, que enseguida me catalogaron como fotógrafo piquetero. Por ende, sin estatuto del fotógrafo profesional. Después de un tiempo de forzarme para entrar, decidí quedarme del lado en el que sí había disfrutado de mis fotos, y no estaba tan seguro de querer formar parte del rubro en el que algunos sólo sacan fotos por dinero. Había conocido un espacio donde la fotografía tenía significado y servía para algo. Alguna gente necesitaba de verdad las imágenes y no podían pagar por ellas. Pero eso no me hacía menos fotógrafo. Me banqué no ser nadie para la gente de mi entorno cercano, familiares y otros fotógrafos que creen que tienen la chapa de Clarín. Me quedé en el mundo que me había adoptado, y su criterio era el que me importaba a la hora de juzgar mi propia fotografía. (Inaudible), incipiente y combativa, era una red que permitía hacer algo en grupo, y de paso ocuparse de uno mismo. Era la herramienta ideal para que los fotógrafos puedan publicar sus fotos sin intermediarios, armarse una página personal y, por qué no, juntarse con otros para armar algo colectivo. El 20 de diciembre nos había enseñado que lo que uno sueña se puede concretar. También nos había mostrado lo potente que era la acción colectiva al poder unir fuerzas. Me acuerdo que en medio de los saqueos renuncié a hacer la (Inaudible) de mis sueños sólo para preservar auténticas las razones de estar ahí. Vivía en aquel entonces a la vuelta del negocio Nikon y pasaba por delante todos los días. Vendía empanadas ahí cerca, y siempre miraba la vidriera para ver qué tenían de nuevo. Para diciembre de ese año, habían colocado en un trípode una de las primeras réflex digital, la D100 o la D1, no recuerdo. No me acuerdo, porque la verdad no tenía la más mínima esperanza de poder conseguir una. Tenía esa cámara vieja que me dieron alguna vez inventada para llevar a Vietnam. Simple y rústica, para que los soldados la puedan usar sin necesitar conocimiento sobre fotografía. El 20 de diciembre, ya después de anunciada la renuncia de De La Rúa, la calle Corrientes se transformó en un gran shopping a puertas abiertas, con las cortinas metálicas de los negocios cediendo una a una bajo el paso de los manifestantes. Había un espíritu de camaradería impresionante, comparable en un punto con los festejos de los mundiales de fútbol. Con la salvedad que éste lo habíamos ganado nosotros, y en la calle arriesgando la vida. En la euforia del momento me quedé frente al negocio Nikon esperando que le toque el turno (risas generalizadas). Vi cuando lo empezaron a abrir, y en mi hubo algo que se negó a ir en búsqueda de esa cámara que necesitaba, y que de alguna manera me merecía. Finalmente seguí mi camino con la gente que había cruzado ese día pero sin la cámara. Lo mismo pasó frente al Musimundo, cuando la gente se llevaba los discos, o en Frávega donde la gente directamente se lleva televisores y electrodomésticos. La verdad, sentía que estaban en todo su derecho. Pero sentí que uno había puesto el cuerpo para la revolución, que preferí quedarme sólo con esa sensación y así no tener que dudar de mis intenciones de quedarme ahí luchando. Revelé los rollos esa misma noche en mi departamento, y les mostraba a unos amigos los negativos recién salidos del laboratorio. Había grandes partes de los negativos arruinadas por las grietas de mi cámara, pero sentí que algunas imágenes estaban ahí. Testimonios de un hecho histórico. Desde las entrañas, con la calle latiendo en unas fotos que expresaban con sus imperfecciones todo lo fuerte que fue. Tal vez tomo mejores fotos ahora con una cámara en condiciones, y quizás también con el tiempo mejore mi técnica, pero seguro nunca sacaré fotos tan buenas, fotos con cantos de alegría, gusto a sangre y olor a goma quemada”.

Evidentemente siempre hay una fotografía militante. También los sindicatos de los trabajadores o de otros sectores sociales necesitan de la fotografía, y la usan con fines totalmente militantes. En general hay un prejuicio muy grande de la sociedad hacia la fotografía militante conciente y declarada. De hecho yo fui fotógrafo dos años de un partido político, del diario del MAS, y a mí durante dos años me negaron la entrada a ARGRA por ser fotógrafo del MAS. La Comisión Directiva no me daba la credencial porque decían que yo trabaja haciendo propaganda, y era verdad, pero yo me sentía reportero gráfico. Y a mi me dolió mucho no poder tener la credencial de ARGRA todo ese tiempo. Como que el trabajar en un medio normal, era más reportero gráfico que alguien que trabaja para la militancia en un periódico de barrio, un grupo piquetero, etc.”.

Seguimos con los reportajes. Son dos reportajes mucho más largos, como de quince o veinte fotos cada uno. ¿Llegan a leer o les leo yo? (texto de Alfredo Srur): “Creo en la fotografía como un motor para encontrar mi verdad, si existe. No creo estar de acuerdo con ninguna imagen en particular, sean buenas o malas fotos. La comprensión del autor es directamente proporcional a la información que se tenga de él mismo, y su trabajo. Uno intenta transmitir una mínima parte del pensamiento propio. Las fotografías aquí presentadas son de la última década, y pertenecen a distintos ensayos de largo aliento y que han dejado huellas en la propia vida. Curiosidad, obsesión y técnica fotográfica.”

¿Se los leo o ven bien? (texto de Gisela Volá de SubCoop):”Sabemos que la fotografía documental a veces refuerza el ejercicio del poder que se ejerce sobre los sujetos fotografiados. Y eso que un fotógrafo comprometido no sólo intenta fotografiar temas que le signifiquen agua para su molino, sino que intenta reflejarlo a partir de lo que hay que festejar, y criticar lo que sabemos. La hipótesis de no ser ni objetivo ni neutral, creo que coloca al fotógrafo en un lugar por fuera de los recursos y sabiendas de lo que una publicación demanda. Sino que a diferencia, hablamos de una opinión, de una ideología que sólo el fotógrafo sabe frente a los temas que siempre enfrenta. Varias anécdotas me relacionan afectivamente con la fotografía o una serie, pero muchos otros puedo darme cuenta que sólo forman parte de una búsqueda de reflexión, y acercamiento a tales historias. Ciertamente, bajo un punto de vista nunca neutral, siempre partícipe. En la cooperativa que participo hablábamos en sus inicios de que el ojo debe aprender a escuchar antes que a mirar. Y ese camino, supongo, fue la mejor carta de presentación para poder entrar en la vida del otro. No conozco otro camino, y es así como comunicadora, que me parece la forma más honesta de contar a los demás”.

Yo lo único que quería con este taller es que empiecen a pensar un poquito en este tipo de cosas, y si alguna vez les pasa algo que refleja esta condición en la que están, escríbanla por favor y háganmela llegar de alguna manera. Porque no hay otra forma de aprender más de esto que si es entre todos. Es como una suma de experiencia la que nos va dando conocimiento en este tipo de cosas para lo que es necesaria tanta cantidad de elementos para analizar cada situación en particular. Y todo eso si no se escribe, so long”.

*Fragmentos desgrabados del taller de Jorge Sáenz dictado el sábado 9 de abril de 2011 a la mañana en el marco del 1 Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos en Chapdmalal. El taller se estructuró especialmente a partir de fotografías proyectadas, por lo que decidimos editar parte de las discusiones que no eran comprensibles sin esa referencia. Desgrabación: Fabián Induti

Proximamente subiremos fragmentos de otro día del taller.

FRAGMENTOS DESGRABADOS DEL TALLER DE JULIAN GERMAIN*

 

Taller de Julian Germain. Foto de Atilio Orellana

Autor: Atilio Orellana

Julian Germain: Yo empecé a hacer fotografía en la escuela, cuando descubrí que quería estudiar fotografía en la universidad me di cuenta que lo mío era más de tomar imágenes, antes que reflexionar y analizar las fotografías. Yo vivía en Nottingham, al norte de Inglaterra, y comencé a sacar fotos sobre el lugar donde vivía. Tener una cámara me daba acceso a involucrarme con la vida de muchas personas que tenía a mi alrededor, muchas veces sucedieron cosas que yo, de no tener una cámara, quizás no las hubiera vivido. De ahí en más, siempre mi trabajo fue con gente alrededor, tanto como protagonistas de las fotos, como en colaboración o realizando proyectos. Para mi la fotografía es una experiencia social.

Sobre el trabajo: “Steel Works”

Esta es la historia de mi primer libro. Un amigo venía de Consett, un pueblo del Condado de Durham, al noreste de Inglaterra, y allí había una planta de acero. En 1980 cerraron esa planta, y comenzaron uno de los proyectos de demolición más grandes de Europa. El pueblo donde se encontraba la planta no era muy grande, pero la mayoría de sus habitantes trabajaban en ella. Lo que se ve en la foto es donde estaba emplazada la planta. Yo empecé a fotografiar allí entre 1985 y 1986.

Realizaba largas caminatas recorriendo el perímetro de la planta y conocía gente que me invitaba a sus casas y realizaba las fotos. Intentaba utilizar un mínimo de texto, ya que me oponía a que las fotos tuvieran mucha explicación. Las fotos a veces son muy complicadas, y si no hay una mínima descripción no sabés de qué habla. Entonces un ejemplo de lo que ponía es “ocho millas del cerco del perímetro”, para tratar de dar una noción de la escala del espacio.

Conocí a un tipo en ese pueblo que se llamaba Martin H que estaba desempleado y políticamente activo. Él se cuestionaba muchas de las ideas percibidas durante ese momento. De un lado estaba Margareth Thatcher y sus colegas, que básicamente pensaban que el mercado tenía que decidirlo todo, y que una planta que no estaba generando ingresos tenía que morir, y del otro se encontraban muchas personas que quedarían desocupadas y miembros de los sindicatos peleando por los derechos de los trabajadores de las fábricas que estaban cerrando, que eran principalmente de las ramas metalúrgica, minera y construcción naval. Martin H. se cuestionaba cómo la clase trabajadora se había acostumbrado a este tipo de empleo tan duro. En realidad, se cuestionaba toda la naturaleza del trabajo y el empleo. Ocasionalmente conseguía publicar sus ideas en revistas como ésta: “Marxismo Hoy”. Él y otros desocupados empezaron a registrar todo lo que sucedía en la comunidad, y haciendo muy buenos trabajos.

El pueblo era muy conocido porque fue la primera planta que se cerró bajo el mandato de Margareth Thatcher. El fotógrafo de guerra Don McCullin fue allí en 1974. Hay un ensayo, junto con estas fotos, donde dice que McCullin voló directo desde Vietnam, donde había estado sacando grandes fotografías de la guerra para el New York Times. Viniendo de Vietnam y la guerra, McCullin al llegar al condado de Durham dijo que ese era el lugar más aburrido y deprimente que había estado en su vida. Algo increíble pensando que venía nada menos de un Vietnam tapado por los conflictos bélicos.

Martin H. y otros fotógrafos desocupados del lugar armaron precariamente una oficina, me llamaron, y me dijeron que tenía que ir porque había una persona mayor que tenía unas fotos muy interesantes. Un hombre que se llamaba Tommy Harris entró a la oficina con dos cajas de cartón llenas de negativos y contactos, todas las fotos sacadas con una Rolleicord. Básicamente lo que dijo es que no sabía que iba a hacer con esas fotos, y a lo mejor esa pequeña sociedad de fotógrafos que se había armado le podía dar un buen uso. Revisaron la caja y encontraron imágenes muy valiosas e interesantes. Tommy trabajaba en la bomba de la planta y hacía un sistema de rotación de tres horarios diferentes. Era un trabajador, pero en su tiempo libre sacaba fotos para dos diarios locales. Hacía fotos como ésta, una bandera de un sindicato. Cuando vi la foto me parecía más interesante todo lo que había alrededor. Ves esto y pensás que Tommy Harris es un buen fotógrafo, pero después ves lo que pasa cuando sus trabajos salen publicados en los diarios, cuando la imagen pasa a tener algunas imperfecciones. Cuando hablé con Tommy sobre esto, me di cuenta que a él realmente no le importaba. Su actitud con respecto a la composición era muy relajada. Lo más importante para él era que el sujeto estuviera en el centro del cuadro. Sacaba dos fotos por si alguno de los sujetos salía con los ojos cerrados. Eran tiempos de mucha austeridad, la película era cara y a él le interesaba hacer plata. Si tenía dos trabajos que había hecho, volvía al laboratorio y tenía a lo mejor seis fotos que había sacado. Abría la cámara, sacaba la película, la cortaba, y volvía a cargarla con una película de 120. Esto me fascinaba también. Sacaba dos fotos de cada situación, yo saco montones. Aún más hoy en día.

Éste es otro ejemplo. Hablé con Tommy sobre esta foto y le pedí que me explicara la composición de la foto. Por ejemplo, todo el espacio que hay arriba. Es la mejor parte de la foto. El cigarrillo, los picos de botella, el hombre desnudo. Todo lo que está en los bordes de la imagen hace que sea una gran foto. Al igual que yo, Tommy pensaba que la fotografía era una experiencia social. Su otra filosofía era meter la mayor cantidad de gente en la foto, porque de esa manera podés vender más cantidad de copias al diario. En realidad era un fotógrafo comercial”.

Ésta es una de las pocas fotos que pudo sacar Tommy dentro de la planta. Lo interesante de esto es que Consett era un pueblo que vivía en torno a la producción de esta fábrica de acero, y ésta es una de las pocas imágenes del interior de la planta. La gran mayoría eran fotos sociales, del perímetro y de la gente alrededor de la planta. La biblioteca local había sido fundada por planta, al igual que la escuela y el mismo equipo de fútbol del pueblo pertenecía a ella. Tommy tenía muchas fotos de grupos, y muchas de ellas reflejaban la comunidad. Cuando miré las fotos que él estaba sacando, la mayoría mostraba personas aisladas. Más allá de encontrar fascinantes a las fotos de Tommy en sí mismas, empecé a evaluar la posibilidad de trabajar en relación con las imágenes de Tommy. También comencé a observar otros tipos de fotografías. Cuando caminaba recorriendo el perímetro de la planta, hablaba con gente y me decían que tenían fotos de cómo era antes el sitio de la planta, o en este caso cuando estaban demoliendo una de las torres. Comencé a juntar este tipo de fotos y armé un archivo. Miraba estas fotos vernáculas como nunca antes”.

Fotos como ésta, una preciosa imagen. Hay mucha información en ella. Si sos de Gran Bretaña reconocés el ambiente enseguida. Esas casas aluden a la clase trabajadora, la mujer mayor usando un delantal, el color de la foto a partir del paso del tiempo. Empecé a mirar estas fotos desde el punto de vista estético y por su contenido, y empecé a juntarlas. Todas cuentan historias del lugar y de su gente.

Éstas son algunas imágenes mías. Esto era un restaurant indio en el pueblo, y me gustaba la idea de entrar al baño era como ingresar al paraíso. Cuando hice una exposición, los textos los puse en los marcos de las obras, que eran de acero. Éste es un texto sobre el empleo, y es una letra de una banda inglesa de los 80. La letra dice “estaba contento en la nube de una hora borracha, pero el cielo sabe que lo estoy lamentando ahora. Estaba buscando un trabajo, después encontré un trabajo, y el cielo sabe que lo estoy lamentando ahora”. Éstas son el tipo de cosas a las que su amigo Martin pensaba, y la reflexión sobre el empleo a la que se refería.

En este caso dice arriba “parada de autobuses de Consett” y abajo dice “hecho con acero italiano”. Entonces el público no sabía si la parada o el marco estaban hechos con acero italiano.

Éste es el libro que me lanzó en mi carrera. Es cierto que un libro con solamente fotos mías no hubiera sido igual de especial. Un buen libro quizás, pero nada especial. Sin embargo este libro, que fue publicado en 1990, generó mucho debate. Porque es un libro sobre Consett, y que muestra la era post industrialización. Es también una reflexión sobre la fotografía, quién toma fotografías, por qué toman fotografías, lo que significan las fotografías, el cambio de contexto de las mismas. Por ende, genera una discusión sobre la fotografía en sí misma. También tiene que ver con la cronología, porque organicé las fotos en orden cronológico. La foto más antigua que aparece en el libro es del álbum familiar de una persona, entonces el libro abre con fotos familiares. Después hay un texto escrito por un trabajador de Consett en los años 20 que descubrí y volví a editar.

Participante: “¿El diseño gráfico tiene algún significado en particular?”

JG: Yo era amigo de muchos diseñadores gráficos que eran los Why Not Associates, una organización de reconocidos tipógrafos. Estaba muy interesado en hacer un libro contemporáneo para los años 90, y me gustaba la idea que alguien en 2010 agarre el libro y piense que los trabajos ya estaban bastante avanzados para los 90. El buen diseño no envejece, sólo te da la impresión de que está bien hecho. No quería que la gente sintiera que lo tenía que leer para entenderlo, pero me interesaba que se vea bello. Esa es la razón por la cual está desplegado de esta manera, y un poco con cierta referencia a lo que era el diseño ruso de los años 20 y 30. Los fotógrafos rusos hicieron algunos libros muy buenos sobre el heroísmo de los trabajadores de aquel país. Era joven, y en ese momento me interesaba hacer algo distinto, algo que no se haya hecho hasta ese momento. Además, era un libro que hablaba sobre el diseño. Cronológicamente entra en el libro Tommy Harris, quien trabajó entre 1949 y 1970 y fotografió todos esos grupos. Y después entró el reportaje de Don McCullin para la revista Sunday Times, para luego pasar a mi trabajo. Luego, un ensayo de Martin, quien armó ese grupo de fotógrafos amateurs sin empleo. Se vuelve nuevamente a las fotos familiares, siendo la última foto del libro de éste tipo. Personas como Julian Germain o Don McCullin vienen y van, pero la gente va a seguir sacando fotos para ellos mismos.

Participante: ¿Conoció a Don McCullin?

JG: Sólo para pedirle permiso para poder usar su trabajo.

La primera visita que hice a Consett fue en 1984, y empecé a trabajar seriamente allí en 1985. El libro fue publicado en 1990, en el décimo aniversario del cierre de la planta. Fue un duro trabajo a lo largo de muchos años, pero el tiempo es un elemento muy importante en mi trabajo. No siempre, pero mis trabajos más importantes me toman mucho tiempo. Muchas veces uso a el tiempo como tema”.

Sobre el libro: “For every minute you are angry you lose sixty seconds of happiness”, 2005

Conocí a Charles en 1992. Yo iba a una ciudad en el sur de Inglaterra que se llama Portsmouth para fotografiar un partido de fútbol, para un libro que estaba haciendo sobre fútbol. Llegué temprano, y en la calle donde estaba el estadio había una casa amarilla que era rara. La mayoría de las casas eran un tono más magnolia o blanco, pero ésta era amarilla. En la ventana había unas plantas que estaban en venta, y me dí cuenta que era un negocio. Entré y ahí estaba Charlie. Compré unas plantas para llevar a Londres, donde vivía en esa época. Como iba a la cancha, pregunté si podía pasarlas a buscar después y dejar algunas otras mías que no quería entrar al estadio. Volví después del partido, me invitó a tomar una taza de té, y en el cuarto de atrás había muchas fotos de su esposa. Yo me dí inmediatamente cuenta que seguramente ya había muerto. Me quedé muy conmovido por estas fotos, con la forma que estaban exhibidas en su vida. Me mostró algunos álbumes con muchas fotografías de su esposa. No una gran cantidad de fotos como nosotros diríamos, pero para este hombre era un enorme caudal de imágenes. No había ninguna otra cosa, simplemente fotos de ella. Luego me mostró la cámara, y me sacó una foto con ella. Me fui, y luego me mandó la foto de regalo. Fui a visitarlo durante 8 años de tanto en tanto. Las fotos de ella estaban por todos lados. Lo que me conmovía era que los dos eran jubilados y juntos realizaban paseos. La mayoría de las fotos son de estos paseos. Prácticamente no hay fotos del periodo anterior. No tenían fotos de cuando eran jóvenes, cuando jugaban con sus hijos, cuando trabajaban. Pero sí había de su jubilación juntos, fue para ellos como una segunda luna de miel. Cuando ella murió, Tommy ya no sacó más fotos porque la razón para sacar fotos ya no existía. Eso fue lo que más le sorprendió a Tommy, el gran archivo de fotos que tenía de su esposa. Le encantaban esas fotos de Petty, y sentía que podía hacer algo con ellas.

La otra pasión de Charlie eran las flores. Le sacó fotos durante muchos años sin saber por qué lo hacía, ni nada. No era un proyecto ni un encargo, no tenía que hacerlo. A veces iba a visitarlo y no le sacaba fotos, pero normalmente sacaba algunas, por ahí unas quince fotos. La fotografía era sólo una parte del encuentro que tenía con él. Nos escribíamos cartas e iba ocasionalmente a visitarlo. Había algunas cosas que me atraían mucho de Tommy, por ejemplo que la gente de mi generación no está acostumbrada a reparar cosas, simplemente si se les rompe algo lo tiran y compran una cosa nueva. Charlie era un hombre que había sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial, pasó por tiempos de mucha austeridad, había que cuidar el dinero, y guardaba y le daba valor a cualquier cosa que tuviera por si lo podía volver a usar. Esta forma de pensar llegaba a puntos bizarros. Por ejemplo él tenía un negocio, y si Charlie tenía que salir dejaba una nota en la puerta. Por ejemplo decía “Me voy a tal lugar por el seguro, vuelvo en 20 minutos”; “me voy a la peluquería vuelvo en 30 minutos”, etc. Pero lo lindo es que no tiró estas notas. Las tenía guardadas así la próxima vez no las tenía que volver a escribir. Iba a la peluquería todos los meses, esa nota le duró por años, no quería desperdiciar la tinta (risas generalizadas)”.

Esta foto es en una excursión donde fuimos con Tommy. Tommy me preguntaba si quería escuchar algo de música y ponía un disco por ejemplo de Nat King Cole, nos sentábamos y escuchábamos uno o dos temas. No hablábamos, sólo escuchábamos. Para mi esto era una revelación porque era muy común tener música de fondo. Si realmente escuchábamos la música, con dos temas bastaba. Cuando dejábamos de escuchar música pasábamos a otra cosa, era como entrar en la forma de vivir de Charlie, algo que me hizo pensar. Estaba muy ocupado, tenía una vida muy agitada en esa época. Estaba haciendo un libro sobre el fútbol, mudándome de Londres hacia el norte de Inglaterra, haciendo publicidades, estaba enseñando, y cuando podía ir a visitarlo a Charlie era otro mundo. Me di cuenta cuando Charlie murió que eso seguramente ese era de lo que se trataba este trabajo. Era un trabajo de pasar el tiempo con alguien que valora las cosas simples, que vive fuera de la complejidad del mundo moderno.

Autor: José Gómez

Autor: José Gómez

Cuando hice una exposición, quería darle una gran importancia a los álbumes de Charlie. Esos álbumes son universales, todo el mundo los tienen. Son muy bellos y tienen mucho valor. Era su forma de decir algo sobre como este tipo de fotografía forma parte de la vida de todos nosotros. Hice una película con películas cortitas que se llamaban “Películas de 24 exposiciones”. La película es una mirada sacando detalles de 24 fotos. .

 

 

Esta es una de las excursiones que hicimos. Este es el libro que se llama “Por cada minuto que estás enojado, perdés 60 segundos de felicidad”. Es un título hermoso, algo que Charlie tenía escrito en algún lugar de su casa. Lo más interesante es que no quiere decir que no tenés que enojarte, sino que si te vas a enojar asegurate que sea por algo que valga la pena.

Sobre el trabajo: “The Face of the Century”

El tiempo. El tema del tiempo. Este es un retrato de una mujer que tiene 99 años. Hice una serie de retratos en 1999 en un momento especial de mi vida. En 1998 había nacido mi hija, que murió cuando tenía cuatro meses. En el 99 mi mujer estaba embarazada otra vez, y las circunstancias eran distintas. El bebé tenía que nacer a fin de año. Yo me había quedado con algo en la cabeza que había leído de Walter Benjamin, el filósofo. Alguien acá va a conocer mejor la cita que yo, pero era algo sobre sostener en la mano una foto del nieto de Napoleón, y cómo sostener esa foto parecía estar conectado a la figura histórica. Es esa cosa mágica de la fotografía, es como una sombra de luz o un reflejo de la persona real. De alguna manera, un vínculo directo. En ese caso, un vínculo directo a través de 100 años. Empecé a pensar que sería muy lindo realizar una serie de retratos de 101 personas, empezando por alguien que tenía cien años y que había nacido en 1899, para terminar con mi hijo que iba a nacer en noviembre de 1999. Tenía esta idea en la cabeza de que si ese niño viviera por cien años, tendría un vínculo en el tiempo con la persona que tenía cien años en el momento que el bebé naciera. Era extraño para mí porque era una idea, un concepto desde un principio. No me tomó mucho tiempo, seis meses. Pero el tiempo es fundamental en el trabajo porque empiezo con alguien que tiene cien años, pero a medida que recorres el libro te encontrás con alguien más joven. Más allá de las personas muy mayores y las más recientes, la mayoría de la gente fueron retratadas en la calle. La forma de trabajar era que si, por ejemplo, tenía que ir a Birmingham a ver un trabajo, y tenía un tiempo libre, salía a la calle, buscaba un fondo liso, y esperaba a que pase gente. Le preguntaba cuantos años tenía, y si estaba dentro del rango que necesitaba, le sacaba tres o cuatro fotos. Se puso complicado al final porque tenía que buscar dos o tres personas con una edad precisa. Es un libro sobre la vida, sobre la muerte, y sobre todo lo que hay entre uno y el otro. Porque la gente muere en todo momento en esta línea continua.

Sobre el trabajo: “Generations”

Esta serie es parecida en los términos que estaba buscando. La serie de la cara del siglo se unía con este nuevo proyecto, que tiene que ver con la idea de lo increíble que es ser un individuo en medio de la cantidad de gente que constituye la humanidad. La cara del siglo me hizo pensar mucho de dónde yo venía. Empecé a hacer fotos de series de familias donde había por lo menos cuatro generaciones distintas que seguían vivas. Me interesaba la idea de reunir a estas cuatro generaciones, y literalmente ponerlos en una fila cronológica para ver si te podés dar cuenta de dónde viene la gente. Para mi sí se puede. Uno es el padre del otro, de derecha a izquierda. Y obviamente mi padre está muerto, pero de ahí sigue la línea. Y quería hacer una serie que sugería ese correr del tiempo.

Sobre el trabajo: “No olho na rua”

 

Trabajo en muchos proyectos. Uno de los proyectos más importantes que he trabajado en los últimos quince años es uno que se llama “El horizonte hermoso”, y el subtexto es “Los ojos de la calle”. Este proyecto surgió porque fui a visitar Brasil en 1994, y mi trabajo Steel Works fue expuesto en el museo de arte moderno de San Pablo. Dí una conferencia y vi algunos porfolios. Conocí a una fotógrafa artística que se llama Patrizia Acevedo, y yo en ese momento estaba trabajando con el tema del fútbol. Estaba en Brasil, era como un lugar obvio para conseguir buenas imágenes de ese deporte. Sin embargo, me di cuenta que para fotografiar fútbol en Brasil me tenía que meter en las favelas, ya que el fútbol está sobre la superficie ahí. Cuando visité la favela fui a una que se llama Mangueira. La gente me decía que era peligroso para mí que me metiera en la favela. En ese punto de mi trabajo, también estaba haciendo otros proyectos en los que estaba archivando fotos ajenas, entonces acá se me dio por realizar un proyecto donde yo empezaba a generar fotografía. Literalmente le propuse a la gente que sacara fotos para mí. Todos dijeron que si. Patricia, Murilo Godoy, y yo empezamos un proyecto en una favela de Belo Horizonte. Enseguida fue un trabajo bellísimo, y empezamos a utilizar las cámaras que los chicos usaban en las favelas. Guardé mi Pentax 67, y empecé a sacar fotos con una cámara de cinco dólares. En 1995 empezamos a trabajar con tres grupos distintos de chicos de la calle. El proceso era muy simple: íbamos a un grupo, llevábamos cámaras para todos los chicos, las repartíamos, y se las dejábamos. Veinticuatro horas después volvíamos, cambiábamos las películas, y otra vez los chicos podían salir a fotografiar. Hacían dos copias de las fotos: una para ellos mismos, y otra para nosotros.

Esa es una de las primeras fotos que nos llegó, y es una de las más importantes de mi vida. Está hecha probablemente hecha por un chico llamado Otto Sillo, porque es muy difícil saber quien ha sacado la foto. Pero Otto Sillo era su novio (de la chica de la foto), que está embarazada. A mi me encanta esta foto por la seriedad con la que toman la fotografía. Lo increíble es que no tiene nada que ver con un chico de la calle. Es una foto sobre estar embarazada, y lo increíble que eso es. Hay una reproducción de un Goya en la pared. Créanme que esto es sólo una casa con unas chapas y unas maderas debajo de una autopista.

Este proyecto lleva ya quince años, y ya hemos podido tener conversaciones más profundas con la gente. Muchas de las personas que participan han muerto, pero las personas que siguen participando están haciendo reflexiones importantes sobre el significado de lo que están haciendo. Lo que es interesante es que las personas que no tendrían un registro fotográfico de ellos mismos, como podría tener Charlie o cualquiera de nosotros, ahora lo tiene. Tienen ahora por lo menos un registro fotográfico de los últimos quince años.

En 1997 hicimos una exposición de afiches en la calle. Miles de personas la vieron. No había ningún tipo de explicación en los afiches. Esa es Jaidi en 1995, y esa es ella en 2005. Esta es Patricia en 1997, y esa es ella en 2005. Hay algunos chicos que aparecen y desaparecen. El chico del medio que se llama Marcos apareció e insistió tanto para que le dieran una cámara, que finalmente lo terminó consiguiendo. Él hizo una serie fantástica de fotos de él mismo con gente rica. En los años 90 la droga que más utilizaban era el thinner, ahora más bien lo que se consume es el paco. Éste es el diario que fue publicado en 2007. Publicaron 12 mil copias y fue distribuido en forma gratuita. Cuatro mil copias fueron a una revista fotográfica de Inglaterra y lo incluyeron como suplemento. Eso pagó el hecho de hacer doce mil copias. Las otras ocho mil fueron distribuidas por la calle.

En esta última semana hemos estado trabajando junto a Patrizia y Murilo en la maqueta para un libro que vamos a hacer con este trabajo. Una de las cosas que queremos mostrar es este tema del tiempo. Tenemos fotos de cuando esta chica tenía quince años, y fotos sacadas el año pasado. En los últimos tres meses revisamos todo. Encontramos cosas increíbles.

En 1998 vendimos algunas de éstas imágenes a diversas revistas, y con el dinero conseguido hicimos un libro. Y con la plata del libro pudimos hacer un centro comunitario en la favela con biblioteca incluida. Cuando sos fotógrafo uno es conciente de todo lo que tiene que ver con temas relacionados con la explotación y la relación que uno tiene con el tema o el sujeto al cual uno le saca fotos. Esto sin dudas mezclaba todos esos temas de debate. El tema del autor en éste tipo de proyecto, porque raramente sabemos quién sacó la foto, lo que sí sabemos quién tiene la cámara. Es bastante interesante porque a nosotros no nos importa quién sacó la foto, lo importante es quién aparece en ella. La propiedad o la autoría de la foto pertenece más al que aparece en la foto que a quién la sacó. Entonces cuando repartimos las fotos, las que aparece Jaidi se las damos a ella, etc. Había problemas cuando en la foto aparecían dos o tres personas. No pretendemos que la moral de estos proyectos sea elevada porque yo siento como si fuera el autor del proyecto y ellos me dan muchísimo. He recaudado un enorme archivo de material, por el que me siento responsable y me tomo ello con mucha seriedad. Por otro lado, no soy un santo. La realidad es que si hubieran hecho fotos pésimas en 1995, no hubiera vuelto en 1996. Lo que me hace volver son las fotos que ellos sacan.

Lo bello de este trabajo es que es muy directo. Tienen cero pretensiones, todo lo contrario a las que tendría un fotógrafo profesional cualquiera. Todos saben de la historia de la fotografía, de la composición dorada. Es tan simple la fotografía que vos pensás lo que querés, lo tomás y tenés la fotografía. Éste nuevo tipo de cámara está destruyendo ese instante o esa forma de concebir la fotografía. Todas las fotos que muestro están hechas para la memoria, para que la gente recuerde momentos. De alguna manera éstos chicos hacen lo mismo, aunque a veces lo hacen por curiosidad o simplemente por jugar. Sin embargo, hay veces que se lo toman muy enserio. No tiene nada que ver con la educación. Nunca les enseñamos cómo sacar buenas fotos, simplemente les dicemos que no pongan el dedo delante del lente. No prentedemos que esto sea considerado como un proyecto educativo, ni que va a mejorar sus vidas. Aunque sí sabemos que les da placer. El acuerdo que tenemos con ellos es que si entra dinero por el libro, la plata va a ir a la asistencia práctica o para el placer de la gente que vive en la calle en Belo Horizonte.

Participante: “Cuando habla de las cámaras que están destruyendo ese momento, ¿habla del delay?”
Si, es muy frustrante. Se rompe el espíritu de la fotografía. La cámara no miente, simplemente hace su trabajo. Es una función mecánica, y al sacar una foto registrás un instante preciso. Esa forma de reflejar ese instante verdadero y eso que está sucediendo delante del lente y poder capturarlo, es lo que hace que la fotografía sea muy seductora. Podés mirar en gran detalle una fotografía, de una manera que no podés mirar con el mismo detalle una película. Son muy cuidadosos con las cámaras, y si una de ellas desaparece hacen un esfuerzo para intentar averiguar qué le pasó, o a dónde fue a parar. A ellos les importa que nosotros nos demos cuenta que están interesados en ayudar. El tema que importa no es tanto la cámara, sino las fotos que hay dentro de la misma. Pero si tuvieran equipos caros, sería una relación muy distinta. Va a llegar un punto en algunos años que no podremos conseguir cámaras baratas que le podamos meter películas, y un proyecto como éste va a ser más complicado. Con cámaras digitales podrían borrar las fotos, y eso sería peligroso. De algún modo, ellos tienen la posibilidad de eliminar fotos al publicarlas.
En la maqueta que estamos elaborando vamos a incluir algunas series de fotos que salieron en los afiches, las fotos del diario que salieron ahí y de ellos repartiéndolos. El libro va a ser un recorrido por el proyecto, no sólo una serie de imágenes. Dentro del libro va a haber “libros más pequeños”. Éstos son inserts. El libro en sí va a ser grande, pero dentro de la caja va a haber fotos sacadas del laboratorio (10×15). En los “pequeños libros” salen los temas recurrentes o el trabajo de algunos de los fotógrafos específicos que hicieron determinados trabajos, por ejemplo el trabajo de Marcos con gente rica. Entonces va a haber un “pequeño libro” de los chicos con autos, haciendo de cuenta que se los están robando, sentados arriba de ellos. Hay un “pequeño libro” muy bello de hombres y bebés, y otro simplemente de bebés solos. Hay otro de una niña llamada Rosemary, que fotografiaba gente dentro de los autos. Esperaba en los semáforos, y sacaba fotos a la gente esperando en el semáforo. Es una serie increíble. Una cosa muy graciosa que me contó el resto de los participantes es que si ella veía a la misma gente en el semáforo, ella le mostraba la foto a esa persona y la vendía por un real”.
Espero que sea un libro grande, de muchas páginas. Grande en escala y que tenga mucha textura. Con hojas grandes y pequeñas dentro del libro, porque tiene que ser un libro espectacular y algo fuera de lo común. Que capte la atención rápidamente. En la tapa va a estar la foto de Jaidi, una copia de 10 x 15. Y en la contratapa va a estar la foto de Jaidi con la vela mirando al bebé. En ambas tapas se tiene que notar que ha habido un trabajo durante un período de tiempo.

 P: “¿Hubo algún sponsor para realizar la publicación del diario?”

El diario fue financiado con el dinero de las revistas que se vendieron al extranjero.

 

P: “¿Quién financia esos proyectos y las publicaciones?”

 

Va a ser una editorial la encargada de financiar la publicación del libro. El libro “El Mundo Maravilloso del Fútbol” fue financiado a través de la venta que hicimos de ciertas imágenes a Europa. El libro de los chicos de la calle va a ser publicado por una importante editorial. Con respecto al financiamiento en general, en realidad no hay. Va a ser publicado por Prestel, de Alemania. Es una editorial internacional que tiene sus oficinas en Nueva York y Londres, y sistemas de distribución en Latinoamérica”.

P: “En Brasil hay una ley de apoyo cultural, podría ser de ayuda para su publicación”.

Hay un punto con respecto a la independencia del proyecto. Cuando hicimos los afiches de la calle, tuvimos la posibilidad de recibir el apoyo de UNICEF. Pero no quería que hubiera un logo de UNICEF en las imágenes. Una de las cosas que me parecía especial de los afiches era que no había ninguna explicación de dónde venían las fotos ni quién las había hecho. En cuanto ves un afiche de UNICEF, sentís como que alguien está haciendo algo. Hubiera sido mucho más fácil tener un logo del gobierno, porque a la policía no le gustó nada nuestro proyecto. Eso fue conseguido con financiamiento privado. Vendimos afiches a gente que estaba interesada en el proyecto y en el arte. Había doscientas copias de cada imagen de un metro y medio por un metro, y tenían que pagar 1250 dólares. No era una fortuna en términos de compra de una obra de arte, por lo que 199 copias iban a la pared y nosotros nos quedábamos una.

P: “¿Quién era el encargado de elegir las paredes?”

Contratamos dos especialistas y ellos hicieron su recorrido habitual, pero también hicimos los nuestros. Los participantes también hicieron los suyos, pero era complicado hacerlo por la policía. La policía se metía mucho con ellos. La policía nos paraba, se comunicaban por la radio. No queríamos exponer a los chicos a esa situación. Con el diario fue distinto porque lo pudimos distribuir sin problemas.

Estuve con la gente que participó en el proyecto de Brasil, y cuando iban a sacar fotos la gente les gritaba las peores cosas, como si fueran animales. Es una de las razones por la cual decidí hacer los afiches. Tenían dos formas de reaccionar: una es con piedad, y la otra con miedo. Ninguna de las dos es muy útil. La exposición en la calle le podía dar otra perspectiva a la gente para que pueda reflexionar sobre ello. Por ejemplo, podían ver en las fotos que los chicos no estaban angustiados, que podían sacar buenas fotos, y otra dimensión del trabajo de esta gente que quizás no pensaba que podían ofrecer. Simplemente intentamos cambiar la perspectiva de aquellos que criticaban

Hoy en día es muy común que en proyectos sociales utilicen la fotografía. El primer proyecto que yo sé de esta línea es de una fotógrafa americana que se llama Wendy Ewald. Ella hizo un libro que se llama “Retratos y Sueños” que creo que se publicó en 1983. También hizo un proyecto en los Apalaches, trabajando con chicos de una escuela. Es un proyecto sobre la comunidad a través de la mirada de los chicos. Es el único proyecto de esta naturaleza que sabía que existía, y en los últimos diez o quince años la fotografía ha pasado a ser una herramienta fundamental para los proyectos sociales. En México también hay un proyecto similar. Este tipo de trabajos han pasado a ser parte del vocabulario de la fotografía. Son todas distintas formas de mirar el mundo. Después hay personas que hacen fotos para la prensa. Hay una nueva frase que ha entrado en la discusión fotográfica que se llama “periodismo lento”. La idea es que es imposible conocer algo si uno va una única vez y se va. Necesitás quedarte, permanecer ahí, para darte cuenta cuál es el contexto. De todas formas, las revistas y los diarios cada vez tienen menos dinero para invertir en el “periodismo lento”.

¿Conocen al fotógrafo inglés Joel Sternfeld? Él es muy interesante porque hizo un proyecto llamado “Prospectos americanos”. Trabajaba en un diario, y un día antes del lanzamiento de una nave espacial de la NASA, hacía su trabajo, y luego se tomaba media hora, agarraba su cámara de 8 x 10. El fotoperiodista tiende a acercarse al evento, pero Joel buscaba alejarse un poco. En general o se acercan mucho, o son vagos y ponen el teleobjetivo y sacan las fotos desde lejos. Éste es un ejemplo clásico del tipo de trabajos que hacía. Lo llamaron para fotografiar un fuego, pero hizo una foto de un paisaje de un bombero comprando un zapallo (risas generalizadas). Esa es la foto para el diario, en ese encuadre, pero a él le parece más interesante si te alejás un poco y tomás una perspectiva más amplia. Lo hizo por muchos años y realizó una bellísima colección.

Esa por ejemplo está muy lejos, pero es de un elefante que se había escapado, y claramente lo llamaron para fotografiarlo para el diario. Pero tomó distancia y sacó una foto con una cámara de gran formato a lo lejos, de paisaje. Esto es un buen ejemplo de cómo aprovechar el trabajo y tomarse el tiempo para hacer la foto. No son muchas las posibilidades que se presentan de fotografiar a un elefante caído.

Éste es una artista llamado Jeremy Deller. No es en realidad un fotógrafo, pero ha hecho algo muy bello porque trabaja con la necesidad de expresarse de forma creativa de la gente. En éste caso hay una banda de rock llamada “Los Predicadores Maníacos de la calle”. Tiene un público enorme de adolescentes levemente deprimidos. Tienen revistas, páginas webs, etc. Él hizo una convocatoria a través de estas páginas, y dijo que si alguno de los fans tenía algún dibujo en torno a la banda, que él estaba haciendo una obra y le gustaría incluirlos. La exposición incluía algunos poemas y dibujos, no necesariamente muy buenos, pero lo importante no era la calidad sino la necesidad que ellos tenían de expresarse. Sería muy fácil burlarse de alguna de esas cosas y reírse un poco, realmente. Lo lindo de este proyecto es que él festeja esta necesidad creativa”.

Éste es otro proyecto de Jeremy Deller, cuando él estaba arrancando como fotógrafo en 1984. Hubo una gran manifestación de los mineros, debido a la decisión política de Margareth Thatcher de cerrar todas las viejas industrias. Ella movilizó a la policía, y fue muy criticada por ello. Hubo un evento especial en Yorkshire, al norte de Inglaterra, y hubo una batalla allí. Pasó a ser un hecho muy conocido desde aquel entonces. Lo que yo haría para encarar el tema de aquella batalla, conocida como la Batalla de Old Greaf, sería ir a buscar material en los archivos, recorrería el lugar, le pediría fotos a aquellos que vivieron aquel episodio, le sacaría fotos retrato a las personas que vivieron aquel momento, etc. Ese es mi método, pero Jeremy Deller usó un enfoque que tiene más que ver con la historia antigua. Por ejemplo, tenemos sociedades en Inglaterra que vuelven a recrear eventos históricos, especialmente de la época de los romanos y de la Revolución de 1700. Esa es gente que básicamente le gusta vestirse como soldados. Literalmente logran juntar cientos o miles de personas, y de repente hay un soldado romano con una lanza y otro romano montado a un caballo. Recrean de la forma más precisa posible a una batalla. Deller convenció a muchas de estas asociaciones para recrear la Batalla de Old Greaf, y además muchos de los mineros que participaron del evento estaban incluidos y tenían un papel muy importante al recrear la coreografía del evento. Muchos de los oficiales de policía que ahora estaban jubilados también fueron parte del evento. Literalmente reconstruyeron el evento desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la tarde, realmente es una película. Es una forma fascinante de pensar sobre el pasado, trabajar con la memoria de la gente, y permitirles volver a experimentar algo que sucedió en aquel momento.

- El taller se realizó el sábado 9 de abril por la mañana en el marco del 1er Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos en Chapdmalal.

Desgrabación: Fabian Induti

 

 

FRAGMENTOS DESGRABADOS DEL TALLER

Carlos Bosch: La intención mía es que ustedes entiendan que si cada uno de ustedes en el futuro no se conoce, no sabe lo que quiere, y no sabe cómo hacer lo que uno quiere tiene un futuro jorobado. Hoy en día millones de cámaras sacan millones de fotos para alimentar millones de medios que no son nuestro terreno. No estamos en el mismo terreno. Yo estoy convencido, que de aquí en adelante vamos a comenzar a hablar de la fotografía coloquial. Cuando hablábamos en Argra sobre derechos de autor, me preguntaba, cómo hacer que alguien cobre derecho de autor de una foto hecha con el teléfono. Alguien la subió a flickr y Getty la compra porque le interesó. Y la persona contentísima porque la foto sale en el New York Times. ¿Vas a cobrar derecho de autor? Eso es como cobrar derecho de autor por lo que les estoy diciendo. La fotografía empieza a hablar, a ser un lenguaje coloquial. Eso no es fotografía, eso es hablar en imágenes, es otro mundo. Nosotros tenemos que hacer nuestras imágenes, podes hacerlas con un teléfono o una estenopeica, pero tiene que ser la búsqueda de lo individual…

Todo este speech es porque tienen que entender que si uno de aquí en adelante no está preparado realmente para lo que viene, que es un mundo mucho más abierto, nos va a exigir a nosotros ser cada uno, uno mismo. En la medida que uno no sea uno mismo y se coloque en un lugar donde no sea uno mismo, va a ser un pelotón de gente que no va a ver nada, van a ser utilizados para la fotografía barata. Ahora si cada uno es quien es, va a tener la posibilidad de su propio camino. Internet es un mundo entero que se abrió para nosotros. Nunca hubo más fotografías, ni tantos medios para publicar. Lo mejor que nos puede pasar es cada uno hacer la carrera personal. No digo que no haya que ganarse la vida, pero también hay que hacerlo, sino no hay nada. Y no es que sea pesimista.

Es importante que el fotógrafo se respete a sí mismo antes que nada, en el sentido del valor del trabajo que está haciendo. Hay que estudiar bien donde se puede ubicar ese trabajo. Yo conozco a pocos fotógrafos que hacen marketing. Hay que ir buscando la forma de trabajar para poder vivir de lo que hacemos bien y nos gusta. Y para eso hay que hacer el marketing, hay que fijarse la parte técnica del diseño, y sobretodo hay que saber con quién comunicarse. No hay que ir siempre al jefe de fotografía que generalmente es el más buscado, sino que más bien hay que ir al diseñador de fotografía que es el que le pide al jefe dame esto, dame lo otro, necesito tal cosa.

Tenemos también que tener una buena administración, lo que implica saber los costos que tenemos, los gastos básicos de funcionamiento, y la capacidad que vamos a tener para ganar ese dinero. También hay que saber que tenemos que aguantar un tiempo sin ganar y gastar dinero que no tenemos. Lo que no hay que hacer es confiar en que si uno se mete en una estructura fotográfica que te oprime, te va a matar la creatividad y las posibilidades de trabajar. Porque el verlo te permite de alguna manera liberarte.

La única manera de enriquecerse con la fotografía es fotografiar a un mafioso, hacerse amigo de él, al final asociarse, y terminar siendo el mafioso número uno. Como fotógrafo no hay ninguna posibilidad de hacerse millonario. Podés vivir feliz y bien. En fin, hay que encontrar las maneras adecuadas de administración, ya sea en la casa propia o en una empresa. No se puede ser fotógrafo por el sólo hecho de ser fotógrafo. No basta con hacer fotos, también hay que saber venderlas. Hay que manejar un espacio. Si además de querer venderlas, queremos manejar un espacio de difusión artística, debemos saber donde están las galerías, quienes son los distribuidores, donde están los contactos, mantener y mimar al contacto. Si no existe eso, no vamos a llegar a ser fotógrafos y nos quedaremos en el intento. Si no nos administramos, vamos a ser gente que saca fotos, y se queja. Queremos que nos traten bien, tratémonos bien. Queremos que nos respeten, respetemos y hagámonos respetar. Y eso no quiere decir pelearse, sino que quiere decir que vamos a elegir a quien tengamos que elegir para comunicarnos, no al primero que llega. No hay que hacer lo que hace todo el mundo. Siempre hay que dirigirse al director de arte, que siempre es quien elige la foto”.

Foto: Damian Dopacio

Foto: Damian Dopacio

Forma de presentación del material

Hay muchas formas de presentar un material, pero es fundamental buscar la forma de distinguirse. A mi personalmente me gusta que el cliente toque las fotos, y generalmente presento los trabajos con carpetas divididas por temas. Esto implica que entablas otro tipo de relación con el cliente, con mucha más confianza. Yo prefiero eso a tener que hacer una proyección.

Otra buena forma de presentar el material es con un pequeño texto descriptivo al lado de la fotografía, y con un cierto diseño preestablecido de antemano. Esto habla bien de la intención del fotógrafo.

Para hacer un porfolio, a mi parecer la mejor foto tiene que ir primera de todas. La segunda, a lo último de todo, y en el medio no hay que contar la historia, no tiene que haber correlación. Al revés de cómo dice todo el mundo, mi experiencia es que hay que marear al que está observando. Porque si uno marea al que está mirando, el que está mirando marea a los demás presentes, y de alguna manera busca orientarse. Si vos le das una historia correlativa a un editor, cierra enseguida porque se aburre. En cambio si se pone todo mezclado, al tipo le queda la incertidumbre del resto del trabajo y mira todas las fotografías. Además no hay que repetir, hay que evitar muchas fotos con la misma óptica. Si el editor llega a la última foto y es buena, se va a acordar de uno. De lo contrario, se va a olvidar rápidamente. Otros consejos son evitar siempre lo marginal, si hay dos o tres situaciones parecidas dejar una sola, utilizar varios ángulos y varias lentes para mostrar distintos focos. Y por último, si se tiene una persona realmente de confianza y que te conozca, hay que mostrarle el book primero. No hay que ir a un fotógrafo amigo ni nada de eso, sino que hay que recurrir a alguien que sepa cómo estamos y qué sentimos. De esa manera, podemos llegar a lograr un porfolio mejor del que pensábamos, porque esa persona te puede sugerir algo que vos ni siquiera viste.

Esto obviamente cuesta dinero, pero son inversiones que tenemos que hacer en nuestra PYME. No hace falta hacerlo a un nivel de excelencia, y depende mucho el trabajo que se debe exhibir. Y para disminuir los gastos hay que conseguir canjes, lo cual ayuda mucho a nuestra empresita. Funciona como una empresa que tiene que tener contactos como si fuera realmente una gran multinacional.

Páginas webs

Se puede tener un página web o un blog, pero no se puede no tener alguna de estas dos opciones. Como fotógrafo, es sumamente necesario para mostrar los trabajos. Hoy, existir como fotógrafo, es existir en la web. Si queremos que nuestras fotos se vean como una exposición estática, no queremos andar tocando las cosas muy seguido, se puede tener una página web. Ahora si se quiere algo dinámico, y cambiar algo del reportaje que se hizo, y modificar a piaccere los trabajos, hay que tener blog. Hoy el blog tiene casi las mismas posibilidades que una página web a nivel estético porque se puede meter el Flash, salidas, entradas, apariciones, desapariciones, etc. En el blog hay mucha gente que te puede seguir, lo que significa que ve una vez tus trabajos, se anota y ya uno le puede mandar un mail con las novedades del blog. Es una conexión que se establece entre el que está observando y quien realiza el blog. Además podés tener simpatizantes, y si se superan los mil te da la posibilidad de poner anunciantes. Yo tengo un amigo español que comenzó con un blog, y ahora gana 15 mil euros anuales con sponsors del blog. El blog es algo que no puede faltar en la computadora de ningún fotógrafo. Me encantaría que en ARGRA haya un fotobloggers ARGRA, y que centralice a todos los fotógrafos de ARGRA que posean blogs. Eso sería un paso adelante porque nos estaríamos viendo constantemente, y estaríamos aportando información que sería muy importante porque más de un fotógrafo necesita mostrar sus trabajos. Somos fotógrafos para que se vean nuestras fotos, y a lo mejor en un diario te recortan la foto y no se puede apreciar su calidad real.

Hay que tener cuidado con Facebook porque es una ventana abierta a los desastres. Te pueden sacar información, te roban las fotos, se enteran de lo que hacés porque sí. La página web tiene que ser sobria, no tiene que ser un sitio donde vos hacés click en un lugar y tarda dos minutos en aparecer. Tiene que ser algo que se vea rápido.

Luego viene el tema de las tarjetas. En Japón, por ejemplo, la atención es darse tarjetas. Sino lo hacés, se cabrean. Dos personas que recién se conocen se pasan sus tarjetas, y todos felices. Es una costumbre de allá. Es bueno tener tarjetas personales, pero cuidado con cómo las hacemos. Es preferible hacer una tarjeta blanca con nombre, apellido y el mail, antes que hacerla muy cargada y que no se entienda.

Yo hablo de prepararse, buscarse a uno mismo. Cualquiera de ustedes que está en planta en un diario grande, sabe que no se va a jubilar en ese diario. Entonces, ¿para qué esperar? Hay que seguir adelante y en la búsqueda del camino de cada uno.

Participante: A veces hacés tu página con lo que a vos te gusta, pero no ponés los trabajos que hiciste de deportes, actualidad, etc. Entonces capaz un editor dice “ah, entonces no hace fútbol, yo necesito a alguien que vaya a un club”, y te quedás sin trabajo.

C.B.: Yo tengo en mi blog fotos de naturaleza, sociales, de viajes, y además tengo películas también. Toda la diversidad de trabajos que uno puede realizar, tiene que tener un punto en común que evidencie tu estilo de trabajar.

Participante: A veces porque demostrás que hacés una diversidad de cosas, no te tienen en cuenta en algunos entornos.

C.B.: Una posibilidad es hacer una web con una parte de los trabajos, y un blog con la parte más bien personal. Y el que lo mira dice “uh, que bien labura esto, y además también hace bien esto otro”. Es cautivante para el que lo mira. Si vos querés promover tu negocio, te hacés una página web, donde explicás tu carrera profesional, tu equipo, lo que hacés, lo que no hacés, etc. Pero como vos querés tener una relación inmediata y cotidiana con la gente, que te va a decir que buena esta foto, etc., ahí los clientes no existen. Así perdés tiempo y guita, porque las empresas buscan en las páginas webs, no en los blogs. Los blogs sirven para buscar y compartir información, en cambio las páginas webs son para trabajar.

Los blogs

Vamos a ver el blog de Lens, del New York Times. Esto es un diario, normalmente se publicaba una foto por portada. Esta portada tiene once fotos, una muestra de lo que fue evolucionando con el correr de los años. Ni en una revista se publican tantas fotos en una tapa, y únicamente me refiero al tema central de la tapa. El periodismo visual es lo que viene, y tendremos que adaptarnos todos.

Los medios se van a tener que adaptar, y cuando se quieran adaptar, nosotros tenemos que haber dado un paso adelante para empezar a tratar la relación con los medios de otra manera, y ahí el que este parado en su lugar, en el propio, es el que va a salir adelante. Ahora si nos quedamos esperando lo que va a pasar, los otros van a trabajar, no nosotros.

En el diario El País de España hay un fotógrafo que se llama Antonio Espejo, y el mismo periódico le ha dado a él un blog. Y el habla de fotografía española en ese blog. Eso aquí todavía no puede pasar, pero va a suceder. Cosas increíbles dentro de un blog de un diario. Que alguien pueda desarrollar fotografía de autor en un diario. Merle tiene un blog, es el único que hay en argentina.”

La agencia Siete, tiene una revista, el logo es como los fotógrafos de Siete ven el mundo. Como ven, fotografía de moda, y de política. Los límites se han roto. El Europaphotobloggers es un lugar donde se juntan cantidad de fotógrafos aficionados, y algunos profesionales, y donde hay muchos trabajos de cada uno de ellos. Esto por ejemplo, lo podriamos hacer aquí, en Argra.

Los americanos en la época de los hippies decían “una cosa trae a la otra”. Es decir, no hay que dejar de hacer, porque si uno deja de hacer, se aísla y no tiene contacto con las cosas del medio. Si uno intenta hacer un trabajo, lo hace sin pensar que se va a ganar algo de dinero, ese trabajo va a ir a algún lado, alguien lo va a ver, y se va a producir algo con ese trabajo. De no hacerlo, no se va a producir nunca nada. Yo hace un tiempo empecé a hacer un trabajo de arquitectura bajo los puentes. Bajo los puentes la gente se hace casas diferentes, porque tienen techo y tienen suelo. Se hacen casas diferentes. En la autopista 25 de mayo, cada casita tiene un toque particular que realmente es arquitectura popular. Ese material yo lo estoy haciendo, y no se que va a pasar. Yo hice los piqueteros y nunca lo vendí en ningún lado. Hay materiales que además, los fotógrafos que tenemos cierta conciencia y militancia, hay un material que tenemos que dejar históricamente. Somos testigos de una época y no podemos privar a esa época de algunos testimonios que tienen que haber. El que tenga esa conciencia, tiene que hacerlo. El trabajo de los piqueteros me pareció un material intimo, y resulta que se publicó en una revista literaria de Paris con poesías de Juan Gelman. Y fue lo mejor que me podía pasar. A mi me dio mucho más que guita eso. Una cosa trae la otra. No nos privemos de hacer. Javier Bauluz, es un tipo que piensa como yo, que hay que abrir oportunidades.

La semana pasada en Barcelona se creo un grupo que se llama “obtura”, el grupo se plantea en la web colocar proyectos que tienen los socios, o los que tengan buenos proyectos, a que sean subvencionados por la gente. Se plantean crear un cuerpo para conseguir que la gente ayude al fotógrafo a desarrollar un proyecto personal. Cada persona que siente que puede ayudar puede aportar 5 euros y 10 euros. La gente tiene conciencia que es necesario ese tipo de fotografía, si lo explicas bien.

Hay otras ideas para poner en práctica que son las cooperativas, bien planteadas, tienen un espacio. Hay lugar para un montón de cooperativas, el problema es ver a donde van a parar esas cooperativas. En Argentina no se si hay fotógrafos que se acercan a una ONG, por ejemplo. Pero ellas te permiten a veces llegar a lugares donde no llegarías nunca. Quiza no te paguen nada, pero vas a estar en el lugar, y podes producir material que se pueda vender. Es importante ver las salidas posibles…hay ong´s, hay cooperativas, hay organismos del estado que pueden permitirte llegar.

Sugerencias de links:

N.Y.T.LENS: http://lens.blogs.nytimes.com/

Chicago Tribune: http://www.chicagotribune.com/news/photo/

VII magazine: http://magazine.viiphoto.com/

Europa Photobloggers: http://europephotobloggers.org/

Barcelona Photobloggers: http://barcelonaphotobloggers.org/

El Pais: http://www.elpais.com/fotografia/

Gervasio Sanchez: http://blogs.heraldo.es/gervasiosanchez/

Obtura: http://www.obtura.org/

Periodismo humano: http://periodismohumano.com/

Daniel Merle: http://blogs.lanacion.com.ar/merle/

Creacion de blogs:

http:wordpress.org

http://www.livebooks.com/

http://es.wix.com/

www.blogger.com/home?hl=es

Carlos BOSCH: carlosabosch@gmail.com

Blog: http://carlosbosch.blogspot.com

* Fragmentos del desgrabado del taller dictado por Carlos Bosch el sábado 9 de abril por la tarde en el marco del 1er Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos en Chapdmalal

FRAGMENTOS DESGRABADOS DEL TALLER

Autora: María Candelaria Lagos

Autora: María Candelaria Lagos

Trabajo como fotoperiodista hace varios años en distintos medios, mayormente en la agencia Noticias Argentinas. Desde que comencé a ser fotoperiodista, paralelamente también me tomo mi tiempo para hacer mis trabajos personales. Y desde hace seis años estoy editando la revista Dulce Equis Negra, que es una mezcla de un espacio de reflexión, donde tiene lugar la poesía, la literatura, la construcción fotográfica. Cuando me propusieron compartir este rato con ustedes, sentía que era un espacio reducido para plantear las cosas importantes que vamos a plantearnos. Inclusive más allá de nuestra actividad de reporteros gráficos, creo que es un tiempo de plantearse cosas como personas más allá de la actividad que llevamos adelante. Tenemos un documental para ver sobre Tarkovski, director de cine ruso, donde él filma El Sacrificio y hace algunas reflexiones sobre el tiempo, básicamente sobre lo que es el cine. Sin embargo, también me parece que toca muchos puntos que refieren a nuestro oficio. Inclusive hace unas reflexiones que tienen que ver con el hombre, con la vida. Mi idea es que nos sirva para llevarlo y luego hacer una reflexión, y haber constatado una posibilidad de ver las cosas. 

 

Después tenemos para ver una cantidad de fotografías que están relacionadas con nuestra actividad, con estar en la calle, con el oficio de estar fotografiando lo que sucede. La mayoría de los casos tienen algún desarrollo, aunque hay también algunas sueltas, de Sanders, Dorothea Lange, Cappa, Bresson… Mi intención de que hagamos eso es para que cada uno también pueda reflexionar cada vez que uno se para frente a una fotografía, cuánto compromiso uno esta poniendo, cuánta responsabilidad, cuánto trabajo, cuánto tiempo le estamos dando a la fotografía. Así como lo veo, es lo primero que me gusta hablar de nuestro oficio, luego viene el tema de las empresas, etc., pero básicamente somos fotógrafos. Tenemos una cámara, trabajamos con eso, y ahí una responsabilidad, una ética, una ideología. Uno puede alimentar una forma de vida con una cámara de fotos, u otra forma de vida. Yo cuando constato trabajos de esas profundidades y de ese tipo de compromiso, siento que mis horizontes se amplían y que crezco y siento todo lo que todavía puedo aprender y crecer. Esa es la idea, correr los horizontes un poco más hacia delante.

Luego hay un par de cosas más. Hay un documental de cuando mandaron a Eugene Smith a Inglaterra para cubrir las elecciones de conservadores y laboristas para la revista Life. Hay una cantidad de trabajos de él que no fueron publicados, ya que simpatizaba con los laboristas y no con los conservadores, como sí lo hacía el jefe. Es un video de la BBC muy interesante, que recorre los sitios por donde él estuvo. Después hay otro video donde se muestra un poco la revista que yo hago, la Dulce Equis Negra, que es un compendio de poesías, fotos y pensamientos. Los trabajos son pensamientos de los mismos fotógrafos. También tengo algunos trabajos míos que si hay tiempo, los vemos”.

En sí todo este conjunto de cosas, para mí, tienen una dirección. Yo no espero ninguna clase de bienestar para mi vida que venga de la manos del poder, que cuentan las cosas como ha ellos les conviene. Y siento que la puerta que nos abre la posibilidad de construir algunas alternativas a lo que está establecido, es la que nos lleva a nuestro interior, hacia nuestra propia imaginación y voluntad, de manera de encontrar la forma de inventar cosas. Así como están las cosas, está agotado. Siempre el poder se reedita y encuentra las formas de reinventarse. Este encuentro tiene la intención de reflexionar sobre éste tiempo, nuestra responsabilidad, nuestro compromiso, y también darnos las alas para volar sin depender tanto de los que tienen el poder, que ya sabemos lo que hacen con nuestras fotos, nuestras intenciones, nuestra propia vocación, con nuestra propia relación con la fotografía, etc.

En los textos que les dieron hay uno que les di yo que se llama “El Arte como ansía de lo ideal”. En este texto están buena parte de los pensamientos de Tarkovski relacionados al trabajo creativo. Lo siento totalmente ligado a nuestra profesión, de alguna manera puede ser alimento a la hora de mirar nuestras fotos y confrontar con lo que queremos decir, qué vida queremos alimentar con lo que hacemos.

Aquí podemos contrastar con trabajos que fueron hechos con un grado de compromiso y de acercamiento a la relación que yo pienso que cada uno debiera tender a conseguir con la fotografía y con el tema que elige trabajar. Y aún mismo cuando trabajamos en un medio de comunicación, el grado de responsabilidad cuando involucramos el dolor de otras personas. Que sucede con nuestro trabajo, en las manos de los medios de comunicación, qué dirección final toma nuestro trabajo y que compromiso quisieramos asumir para con nuestro trabajo. Mi fe está en la imaginación, en la posibilidad de que inventemos nuevas formas.

Desde mi experiencia, la revista que hago tiene que ver exclusivamente con imaginarla, soñarla, como decia Tarkovski, un buen sueño puede mover las cosas, una buena dirección, la confianza y la voluntad para sostenerlo puede hacernos hacer cosas que ni imaginamos hoy que las podemos hacer. En esa mesita tienen revistas para ver, son muestras de expresiones independientes de Nicaragua, Cuba, Uruguay, gente que se propone hacer algo y lo hace, en la vocación de que no están cómodos con lo que los medios hacen con nuestro esfuerzo, con nuestra confianza, con nuestra creencia. La mexicana Luna Córnea, es muy seria, con un nivel de investigación que está financiado por el Estado, pero su construcción es independiente. Es un grupo de investigadores, historiadores y fotógrafos que la hacen a su propio antojo. Los textos del video son de Sergio Larraín, fotógrafo chileno”.

Entre los textos que les hay un texto de Susan Sontag, que está referido a nuestro trabajo y al dolor de las fotos que hacemos y que muchas veces nos toca enfrentar. Ella tiene una posición frente a este tipo de imágenes, donde cuestiona la cultura del consumo y el espectáculo con la imagen del dolor de otros. Es un articulo del libro “Ante el dolor de los demás” que habla de un libro de fotografías que se publicó después de la guerra mundial, que parece que es una recopilación muy profunda de imágenes, que hay imágenes de torturas, de asesinatos de soldados estadounidenses en una isla en manos de japoneses, que ni siquiera se tenia noticias de ese episodio. El libro fue muy celebrado por los intelectuales de ese momento, se decía que frente a la constatación del dolor, del sufrimiento, la degradación que produce la guerra, el hombre ya no iba a incurrir en esta cuestión. Y termina el articulo diciendo, al año siguiente estalló la segunda guerra mundial. Da respaldo a su teoría que esas imágenes en los medios de comunicación no cumplen el resultado de modificar el destino de la humanidad.

Sé que compartir estas cosas exige más tiempo, que podamos después hacer un correlato con nuestras fotos y nuestras experiencias, pero hacemos el intento en este tiempo.”

Ojalá les sirva de algo la reflexión sobre como nos relacionamos con las cosas, son tiempos para tomarnos las cosas profundas y seriamente. En este caso, la fotografía es la excusa que nos trae acá, pero básicamente es la totalidad de nuestra vida.

*Fragmentos del desgrabado del taller coordinado por Marcos Adandía el viernes 8 de abril de 2011 a la tarde, en el marco del 1 Encuentro Nacional de Reporteros Gráficos en Chapdmalal.

EL TALLER EN PALABRAS DE UN FOTOGRAFO: texto de Héctor Río

Marcos Adandía se presentó como reportero gráfico “desde hace algunos años” trabajando para NA y como editor de la revista Dulce Equis Negra, un espacio de reflexión sobre fotografía y poesía, sobre nuestro tiempo, nuestra tierra y el momento en que vivimos. Desde el principio nos aclaró que era un tiempo muy corto para poder desarrollar las cosas que debemos plantearnos como reporteros gráficos, pero principalmente como personas, antes que la actividad propiamente dicha de fotoperiodistas.

Básicamente, Marcos nos introdujo en su mundo, que quizás no todos hayan comprendido o que no todos hayamos podido meternos del todo. La modalidad de Marcos para introducirnos en su mundo y dejarnos su mensaje fue mostrarnos diversos materiales, desde un documental de Tarkovski, el director de cine ruso, sobre la filmación de la película El Sacrificio, en donde el director hace reflexiones y comentarios sobre el cine en sí, pero sobre todo sobre nuestro oficio de mirar, y es aquí donde Marcos comienza a meternos de a poco en esto de saber diferenciar o mejor dicho de mostrarnos la importancia de “mirar/mostrar” con nuestro trabajo más allá de donde trabajamos o para quién trabajamos.  Tarkovsky entre sus reflexiones habla básicamente de la relación entre el hombre y la vida lo cuál es importante para que todos podamos ver las cosas de una manera diferente.

Luego de este fragmento del documental ruso nos proyectó una recopilación, diría yo, de lo mejor que se puede rescatar de la historia de la fotografía mundial, con el mismo propósito que nos va transmitiendo a lo largo de estas tres horas y pico, el de entender en donde estamos parados, cuál es nuestro compromiso con la fotografía y hasta dónde queremos llegar con el deber asumido con nosotros mismos como fotógrafos, más allá de las empresas para las que trabajamos. Y otra vez Marcos nos introduce en “su mundo”, con sólo mostrarnos imágenes sueltas, pero que una tras otra, nos va dando un mensaje más que importantísimo, sobre qué somos y hacia dónde queremos ir.

Vimos también un documental sobre Eugene Smith, sobre las fotografías nunca publicadas de un trabajo encargado por Life sobre las elecciones en Inglaterra entre Laboristas y Conservadores, en donde al no coincidir con los directivos de Life, (el simpatizaba con los laboristas), muy pocas fotos fueron publicadas. Aquí vuelve a surgir el tema de quiénes somos y cómo nos paramos ante la realidad, de nuestra ideología y nuestro modo de ver más allá de para quién es el trabajo.

También vimos una presentación de Dulce Equis Negra, la revista que Marcos edita desde hace algunos años, algo así como un espacio en donde podemos sentirnos identificados, (aquí no encuentro las palabras justas para decirlo), pero “La Dulce” es saber que cuando la abrimos vamos a sentirnos comprendidos, acogidos y protegidos de todo lo malo que nos rodea. Es un viento del sur que nos sacude y nos mete en el camino para poder seguir adelante, pese a las inclemencias más duras.

Por último, Marcos nos mostró parte de su obra, entre otros trabajos pudimos observar: Diana, sobre una travesti que murió de sida; Madres, sobre madres de desaparecidos; y algo mucho más intimista, un trabajo sobre sus hijas.

Mi reflexión final y muy personal sobre este taller, es saber que tenemos las herramientas para expresarnos y que lo más importante como personas y como trabajadores de la imagen es la responsabilidad de “tener” y “hacer valer” nuestra ideología, nuestra ética y cuál es nuestro punto de vista frente a los hechos y acontecimientos que se nos interpongan en el camino, y que, de esta manera podamos crecer y ampliar nuestros propios horizontes. Esto es algo de lo que puedo transmitir de mis sensaciones hoy, creo que día a día irán surgiendo nuevos aprendizajes y nuevos clics en nuestras cabezas de lo “visto” en el taller.

Héctor Río

Taller de Jorge Sáenz

Jorge Sáenz presentó su taller como un experimento del que formaron parte 41 fotógrafos profesionales de distintas nacionalidades con trabajos realizados en los siguientes países: Haiti, México, Argentina, Paraguay, España, Chile, Guatemala, Brasil, Palestina, Estados Unidos, Venezuela, Ecuador, Irak, Afganistan, Bosnia y El Congo. Los autores respondieron a la convocatoria de seleccionar entre sus trabajos los que considerasen relacionados con la consigna “ni objetivos ni neutrales” y  escribir una reflexión al respecto.

Las imágenes fueron las disparadoras de los debates sobre la subjetividad en el trabajo del fotoperiodista y la relación con los medios donde los trabajos son publicados.

Lista de autores:

Argentina: Calviño Rafael, García Daniel, Longoni Eduardo, Lasanski Pablo, Abd Rodrigo, Salguero Sebastian, Luna Daniel, Barría Carlos, Sandstede Diego, Delloro Gerardo, Pisarenko Natacha, Valdez Tony, Caivano Victor, Voila Gisela, Astrada Walter, Srur Alfredo, Levi Diego, Acosta Martín, Araujo Mariana, Merle Daniel, Posthomius Nicolás.

Chile: Candia Roberto, Salinas Marcelo, Retamal Correa Héctor, Villalobos Hugo.

EEUU: Shelley Allison, Mazoch Leslie.

México: López Mills Darío

Ecuador: Ochoa Dolores

España: Martínez Casares Andrés, Calvo Olmo, León Eduardo, Espinosa Ramón, Morenatti Emilio, Armangue Bernat, Marti Enric.

Venezuela: Cubillos Ariana

Brasil: Meneghini Aleixandre, Galdieri Dado, Jacinto Rafael, CIA de FOTO.

Peru: Corral Vega Pablo

Foto: Damian Dopacio

Autor: Damian Dopacio

EL TALLER EN PALABRAS DE UN FOTOGRAFO: texto de Gerardo Delloro

REFLEXIONES DE JORGE SAENZ

Accedé a los fragmentos desgrabados del taller